Domingas
Fecha: 15/09/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... hablo, qué puedo decir, simplemente toco esas maravillas con las dos manos, lentamente, paseando por toda la superficie, acariciando los pezones, ya tiesos, con la palma de las manos, con todos mis dedos, sin prisas, intentando no mostrar mis urgencias. Después de un buen rato me doblo por la cintura y me pongo a lamer, besar, chupar, mamar, a darme un atracón, utilizando lengua, labios y manos, casi todo al mismo tiempo, sin parar ni un segundo. ¡Qué excitante, qué bueno!
Mi polla necesita ya cuidados paliativos de urgencia. Mercedes la tiene sujeta con los dedos de ambas manos a la altura del glande, acariciándolo muy suavemente, casi como si no lo tocara, arriba y abajo, por todo el capullo, bajando apenas al tronco y apretando suavemente mis huevos a cada rato. Me está poniendo más caliente que en toda mi vida con esas leves caricias, pero necesito más.
Las tetas han sido siempre la parte de la anatomía de una mujer que más me ha gustado —mi novia tenía unas tetas picudas muy bonitas, pero pequeñas— y si son grandes, mejor que mejor. Las tetas de Mercedes me encantan, paso muchos minutos tocándolas, amasándolas, besándolas, casi adorándolas, primero acariciando de manera suave, delicada —así me lo ha pedido ella— subiendo poco a poco la intensidad, según se va mostrando cada vez más excitada —respira muy fuerte, dando algunos pitidos, metiendo ruido— sin dejar de hablarme.
—Me gusta que primero lo hagas suave, corazón, que trates mis tetas de manera cariñosa. Te ...
... las voy a dar siempre que quieras, te las vas a comer cuando me las pidas, soldadito
Unos minutos después tiene las tetas empapadas de mi saliva, enrojecidas, porque ya no se las trato suavemente, sino que me dejo llevar de mis ganas de tocar, mamar, mordisquear, apretar, pellizcar, estirar los pezones… De repente, sin avisarme, se ha levantado de la cama, me hace poner de pie y ella se pone en cuclillas para chuparme el rabo, utilizando lengua, labios, encías y dientes con verdadera maestría, acercando las tetas para acariciar mis huevos y muslos con ellas, moviéndolas lentamente arriba y abajo, a derecha e izquierda, al mismo tiempo que utiliza su mano derecha para tocarme el culo, amasándolo, apretando, dándome algún que otro azote, hasta que se centra en recorrer mi raja con sus dedos, parándose en la entrada del ano, haciendo una leve presión, como si fuera a penetrarlo en cualquier momento. Mientras, su mano izquierda ha estado entretenida en acariciar mis testículos —me gusta que sean tan grandes, ovalados, peludos, con aspecto de estar muy llenos de semen— apretando más o menos suavemente de vez en cuando. Me está haciendo una mamada cojonuda, me parece ahora mismo la mejor que nunca me han hecho, parándose un rato en comerme el capullo, metiéndosela después lo más dentro posible de la boca sin dejar de lamer con la lengua, sacándola otra vez para recorrer toda la tranca con la ensalivada lengua, volviendo a ocuparse del glande sin dejar de jugar con mis huevos y ...