Por una infidelidad, un trío
Fecha: 17/09/2018,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Dogiju, Fuente: CuentoRelatos
... abrió sus piernas esperando que la polla dura de nuestro amigo entrara hasta el fondo de su coño.
Este no se hizo esperar demasiado, se colocó detrás de ella y agarrando su polla, la acercó apuntando en la abertura del coño de mi mujer para iniciar una penetración lenta... centímetro a centímetro... suavemente... hasta que sus huevos hinchados como pelotas hicieron tope y no pudo entrar más en aquél coño chorreante y caliente.
Una vez hubo colocado bien colocada la verga dentro, se inició la follada más espectacular que he visto... entraba y salía con ritmo, sin prisas pero sin pausas, salía casi hasta sacar el capullo y entraba nuevamente hasta que sus huevos chocaban en la carne de mi mujer y producían un chasquido peculiar, que a mí me hacía vibrar de nuevo.
Ella, agarrada a las sábanas de la cama gemía y ya desbocada del todo, insultaba al colombiano indicando con aquello que estaba totalmente poseída por el frenesí sexual. Él, seguía con sus embestidas acompasadas y cada vez que ella le dirigía un insulto, éste le pegaba un azote en las nalgas sin dejar de follarla; aquello la ponía todavía más frenética y animaba al colombiano a aumentar cada vez más el ritmo de bombeo en el coño de la mujer.
Yo, ya incapaz de soportarlo más, desde mi posición de observador, me puse en pie y me dirigí hacia ellos, colocándome tumbado en la cama boca arriba y debajo de mi mujer, a la que ofrecí mi polla para que acabáramos con aquél primer polvo. Casi me la arranca cuando me ...
... la agarró para chupármela, se había convertido en un animal salvaje y cada vez que su amigo la empujaba al meterle con fuerza la polla, ella me la mordía revelando todo el gusto que por detrás le estaban transmitiendo.
Así estuvimos durante dos o tres minutos, hasta que por fin, avisándonos con la voz entrecortada, nos dijo que se iba a correr ya.
No le dio casi tiempo de avisarnos, simplemente emitió un gemido animal, tensó todo su cuerpo que temblaba exageradamente y con un último espasmo comenzó a correrse como creo yo nunca había hecho. Empezó a gritar y se tapó la boca con la almohada para que no se oyeran los gritos, cayendo de bruces sobre la cama jadeante, sudorosa y sin poder abrir apenas los ojos.
Pasados unos segundos, cuando se dio la vuelta en la cama quedando boca arriba, los dos hombres nos pusimos uno a cada lado de ella y le ofrecimos nuestras pollas para finalizar con aquello, así que nos las agarró y a dos manos nos las comenzó a menear y a chupar; no tardamos ni un minuto, nos corrimos los dos a la vez y la dejamos pringada de leche, desde su cara hasta el vientre recibió chorros calientes de semen que hacían todavía más morbosa aquella situación.
Cuando los dos acabamos de corrernos, volvió a llevarse las dos pollas a la boca y entre lametones no dejó ni una gota. Quedamos los tres dormidos, agotados, sobre la cama, ella en medio y uno a cada lado.
Por la mañana, y entre sueños oí un sonido peculiar nuevamente, el chasquido de carne contra ...