MAMI, QUIERO LA NENA! - Relatos Eróticos

MAMI, QUIERO LA NENA!

... pija sostenida con los labios dentro de la boca…, pero al tenerla tan irritada…, bueno…, así fue lo posible… 
Cuando me acosté, con las chicas a mi lado, hice lo que tanto me gustaba. Tanto Efi como la mamá estaban suficientemente transpiradas para convertir en delicia las lamidas de axilas y bajo las tetas. 
-Quédense quietitas y facilítenme la “tarea”… ¡Las voy a chupar todas! - En un último esfuerzo me arrodillé y chupé todas las zonas que me embriagaban…, sin olvidar conchas ni culos. ¡Ahora sí dormiría como un angelito! 
  	Supongo haber despertado a las tres horas, más o menos, que es cuando tengo ganas de ir al baño a orinar. Como es un “clásico” en esta situación, tenía la pija redura, bien al palo. ¿Qué hago? ¿Las despierto para que compartan mi meo…, o me levanto silencioso? No hubo mayor duda. Alcira se despertó.
-¿Dónde vas? – Se dio vuelta y me miró.
-Al baño, a orinar…
-¿Por qué al baño? ¿Para qué estamos nosotras?
-No quería despertarlas… Me enternece mucho verlas dormidas… - Alguna explicación hay que dar, sobre todo si es bien dulce…
-Pero ahora estoy despierta…, y me gustaría mucho tu “reciprocidad”.
-¡Jajaja! Vos no me orinaste en la boca…
-Pero la nena si… ¿No es cierto mí amor? – Y despertó a Efigenia.
-¿Eh? ¿Si, qué pasa?
-¡Dani quiere ir a orinar al baño!
-¡No! ¡A mí me toca! – Efi rápidamente se irguió. – ¡Dámela, a mi boca!
-¡Y yo también quiero! – Ambas se arrodillaron en la cama, frente a mí.
-Bueno, pero me paro en el piso. Me ...

... sale más fácil…, y hay menos peligro de mojar la cama…
	A los cinco segundos estaban ambas preparadas, con la boca abierta. Comencé con Efi, para dejarla contenta. El chorro salió certero a su garganta.
-¡Afffggg! – La nena casi se ahoga. 
Me la apreté en la base, para detener el chorro, y fui a la boca de Alcira. Ella tenía experiencia. Fue moderando la tragada, manteniendo parte del orín en la boca.  
-¡A mí! ¡Quiero más! 
-Hacé como mamá. No tragués de golpe… - Fui a la boca de Efi, graduando el chorro. 
Un poquito a cada una, supongo que durante casi un minuto. Es lo que tardaba más o menos en el baño. No hubo más “tropiezo”. Cada vez que cambiaba de destino el meo, la otra elogiaba.
-¡Qué rico Dani! ¡Qué rico es tu pis! – Alcira parecía una nena de contenta. – Y sin ningún desperdicio. ¡Qué puntería que tenés!
-¿Viste mamita? ¡Hasta el pis de papito es rico! – Era el momento en que quien tragaba era la mamá. 
	Hasta en la última gota compartieron el glande, como en la eyaculación anterior. 
-Bueno, ahora me toca a mí.
-¿Qué cosa? – Preguntó Efigenia.
-Que mamá se ponga cómo te pusiste vos antes, y me orine en la boca…
-¡Siiii! ¡Dale, yo lo filmo! – Efi se inclinó sobre la mesita de luz a tomar el celular.
	Me acosté, tomé una de las manos de Alcira, y la senté sobre mi pecho, en realidad sobre mi cuello.
-No sé si podré.
-Ponete en cuclillas, como cuando haces pis en el campo… ¡jajaja!  
	Alcira se acomodó, pero bien agachada, para no alejar demasiado la ...