1. Viaje con permitidos (2): Sexo en el hotel


    Fecha: 20/09/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... abundante
    
    - Qué caliente! ufff… cuánta lechita!!!
    
    Esperé que cesaran para sacársela. Levantó de la cama, la mano en la conchita retiene el semen escurriéndose. Entré para orinar, ella seguía ahorcajada sobre el bidé, de espaldas a la pared, sacó la mano, ahuecando la palma para mostrarme el profuso contenido del semen reciente eyaculado dentro. – Todo esto es tuyo.
    
    Arrimé el miembro aún húmedo de jugos y restos de ese mismo esperma, empujé la pelvis hacia adelante, insinuándole a un beso.
    
    Aceptó el envite, beso suave, se miró en mis ojos, entendió el gesto, invitando ir a más, otro beso, otra mirada, otro gesto. Tomé su cabeza, guiando hacia el objetivo… apoyé en los labios, empujé su cabeza, despegó los labios, el pene entró suave hasta sentirme entre los labios, moví despacio, tímida lamida. Primera lección, comienzo de una de sus fantasías, sentir el sabor de la calentura del hombre: saborear su semen.
    
    La ducha nos dispuso para iniciar el día, ella comenzó a vestirse, pero mi calentura dista mucho de estar satisfecha, verla con la bombacha puesta volvió a excitarme, moverse de espaldas superó mis expectativas, la calentura se me subió a la cabeza… del pene. Tomarla desde atrás superó todo, la lujuria colma mis sentidos.
    
    De un golpe, la tiré sobre la cama, volcada, de bruces, mientras me deshacía del bóxer, corrí la prenda entre las nalgas, se la apoyé justo en el centro de la vulva. El gemido confirma una situación previsible, casi esperado, ...
    ... arrodillada, en el borde del lecho, las manos apoyadas en la cama, echando sus nalgas para exponerse al contacto de mi sexo.
    
    El encuentro fue con la brutalidad y la urgencia de pensar que pueda ser la última cojidota, la prisa controla mis sentidos, tomado de sus caderas, presiono con fuerza, intensos y profundos envíos, entro todo en ella, sus manos agarrotadas sobre la ropa de cama. La calentura la domina, el espejo duplica las imágenes eróticas del gran polvo. Me muevo de manera que pueda apreciar en detalle la penetración, el efecto es devastador, su excitación se multiplica al verse desde los distintos ángulos que la muestran encastrada en mi verga.
    
    Emocionada y caliente, comienza a gemir y moverse, dejándose llevar en los enviones por la fuerza de mi empuje, el orgasmo tan intenso como descontrolado, la derrumbó sobre la cama, con su macho empotrado en su vagina. Sacudiéndose, agitada la carne y revolucionado el ánimo, no para de gemir, y aferrarse a lo que puede para poder sobrellevar ese momento supremo.
    
    Ralenticé el metisaca, no quiero venirme, necesito prolongar al máximo este momento de tanto placer, regulo con envíos intensos y profundos, acentúan y reavivan el orgasmo, sostenido en cada golpe de pija quiero que mi venida sea parte de su orgasmo.
    
    La cambié de postura, tendí de espaldas, almohada bajo la cadera, piernas flexionadas, mis manos en sus muslos, volcado sobre ella, entrando a fondo en su vagina, retomamos el vaivén de la penetración, en dos o tres ...
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