1. Viaje con permitidos (2): Sexo en el hotel


    Fecha: 20/09/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... piernas hasta la rodilla, ajustada, marcando las formas de sus nalgas, gira moviéndose, se arrimó para que deslice el cierre, vuelve a tomar distancia, moviéndose con armonía para dejar que se deslice hasta el suelo, subida en sus tacones altos mueve con gracia para deshacerse de ella. El meneo de sus caderas ofrece el espectáculo de las caderas al desnudo, el delgado hilo perdido entre ambas presagia que la tanga solo cubrirá una mínima parte de su sexo.
    
    Había colocado un gran espejo, orientado para poder verse reflejada, multiplican su lujuria, la voluptuosidad de la visión frontal es algo para recordar, los vellos recortados a la medida justa del pequeño triángulo de tela, y la tira de cola para no permitirse un solo vello dicen cuan ocupada estuvo en producirse para la intimidad.
    
    Dejó de cubrirse el triángulo del deseo, acercándose para que enganchara mis dedos en la cintura de la tanga para descorrer el telón y mostrar el escenario como promesa del mejor de los placeres. Sentada en el sofá de enfrente, piernas abiertas, tocándose me ofreció el espectáculo de acariciarse toda, sabe que me gusta verla tocarse, lo hace lento y explícito, abrirse los labios de la vagina, pasar el dedo y lamerlo, jugar con sus pechos es algo que conmueve y eleva el deseo a niveles inéditos. El acto final, recoger la tanga y colocársela.
    
    Me llevó al dormitorio, tendida sobre el lecho elevó las piernas para despojarla de la prenda aromática, colocada en mi cuello a modo de trofeo, ...
    ... siento sus aromas de hembra.
    
    Reptó hacia arriba en la cama, mi boca se adueñó de su sexo, mis labios en los suyos sorben el ardor del deseo, las piernas se mueven al influjo de mis lamidas, los gemidos irradian la calentura que produce mi boca en su sexo.
    
    Se aprieta los pechos, los pezones entre sus dedos, los gemidos, agitada en convulsiones por la calentura que el produce mi boca en su sexo, los dedos aceleran e incrementan los gestos y el descontrol de sus acciones, la electricidad de la tensión emocional se desmadra, angustia y desesperación cuando el bullir de emociones sube por su cuerpo. Aprisiona mi cabeza contra su sexo, atenaza sus rodillas en mis oídos, aprieta con la fuerza de quien está habituado a andar a caballo, puede apretarme y mover sus caderas, elevar su pelvis hasta frotármela en mi boca.
    
    Esta mujer es toda una revelación pasional, toda ella está inmersa en una expresión del orgasmo sin límites, desbordada, exacerbada en sus gestos y en sus expresiones, vocifera palabras inteligibles y sin sentido, el estallido emotivo la sube a la cima sacudida por la pasión, hasta el punto de casi perder el sentido. La calentura se va esfumando hasta quedar reducido a una mujer entregada a mis brazos, laxa, como una muñeca rota, arrasada por el tsunami del deseo que la atravesó por completo.
    
    Babeándose, con lágrimas corriendo por sus mejillas, abrió los ojos, decían lo que su boca no podía articular, esa pasión se hizo orgasmos y ahora éxtasis, es la mueca de ...
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