SANTA MARÍA, LA PINTA Y LA NIÑA 2
Fecha: 01/08/2023,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... meses. Con una o con otra, o con ambas, cuando el trabajo lo permitía, o las hijas de Clara se podían ocupar del negocio. No había celos ni conflictos. Las socias se complementaban perfectamente. Por entonces. Laura conoció a un arquitecto que también, por alguna razón que no recuerdo, compraba y distribuía mercancías para kioscos, o algo parecido. Se engancharon y Laura se fue a vivir con él. Clara trajo a sus hijas a vivir con ella. En realidad, tiene tres hijos, de tres padres distintos. El mayor es varón, y los tres vivían con sus respectivos padres. Cuando trajo a las chicas a vivir con ella, en la vivienda adosada al pequeño local del kiosco, fui invitado a entrar, para “entretener” a Clara mientras las chicas atendían. De esa manera comenzamos a intimar entre todos…, lo que favoreció mi acercamiento a las nenas. En algún momento, las chicas, a instancias de la mamá, comenzaron a “entretenerse” conmigo, alternándose en la atención, tanto del kiosco, como de mí, cosa que me complació sobremanera. Mi “tarea” específica, era enseñar a las chicas a disfrutar del sexo, dado que, como ellas contaron, a los chicos que conocían, y con los cuales a veces cogían, sólo les importaba metérselas y acabar, sin caricias ni palabras. ¡Acababan y se iban! ¡Ni siquiera les chupaban las conchas! Claro, hay que tener en cuenta que ellas lo hacían, casi siempre, en los baños de la escuela o la facultad, o en rincones imposibles… Por supuesto, yo no ponía justificación, que de esa manera ...
... era muy difícil ser “románticos”. De todas maneras, si bien no tenía a Laura para llevarla a la cama prolíficamente, como era antes, tenía a Clara y sus hijas, para entretenerme con frecuencia, tanto en casa como en el kiosco. Así estuvimos varios meses, hasta que Joaquín, el arquitecto amante de Laura, ofreció proyecto y dinero, a lo que yo me uní, para rehacer la vivienda y el negocio. Fue cuando les ofrecí vivir en casa, por lo cual la continuidad sexual con las tres, fue constante durante algo más de seis meses.
-¡Así que cachaban todos los días! ¡Jajaja! ¡Flor de “sacrificio” el tuyo! – Brigita se divertía cariñosamente conmigo. - ¡Me imagino cómo te gozaron todas! ¡Más que Danna y Jazmín juntas!
-¡Yo gocé como loco! ¡Tanto con ellas como con tu hija y nieta! ¡Y ahora con la abuelita! – Me acosté sobre Brigita. Piernas abiertas, concha palpitante, tremendamente húmeda y caliente. ¡Se la metí de una!
-¡Ay loco! ¡Qué rico! – Me rodeó la cintura con las piernas. - ¡Dale papito! ¡Hasta el fondo!
La cabeza llegó a su útero. Comenzamos con el bombeo. Brigita aflojaba sus piernas y levantaba las caderas para acompañarme, durante varios minutos. ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! Sonaba a caminar en un charco.
Enloquecido chupé los pezones, lamí bajo las tetas, las axilas, el cuello y las orejas. Hubiera querido tener mi boca también en la concha mientras cogía. Al sentir que me venía aumenté la intensidad. Brigita me seguía.
-¡Aaaahhh! ¡Si! ¡Siiii! ¡Aaaaahhhh! ¡Mi amooooor! ¡Me corro! – ...