Ganas de toda la vida - Relatos Eróticos

Ganas de toda la vida

... nuestros juguetes sexuales tenían esas dimensiones, ni qu decir tiene que tampoco mi polla.

Cuando llegue a la toalla, no le dije nada a mi mujer, le moje todo lo que pude poniéndome de pie encima de ella con el agua que se escurría de mi cuerpo para refrescarla y luego me senté junto a ella en mi toalla, mire hacia donde estaba nuestro vecino de pantano y vi qué el también se había sentado, pero no dejaba de mirarnos. Ni que decir tiene que se me volvió a poner la polla como un hierro pensando todo el rato en mil maneras y situaciones que se nos podían presentar ese día. Como la crema que me había puesto mi mujer nada más llegar se me había ido con el agua durante el baño, procedí a darme un poco más y cuando acabe de hacerlo vi que el agua que le había echado a mi mujer se había secado también, le dije que iba a aprovechar para darle a ella un poco más de crema aprovechando que tenía las manos manchadas de darme yo. Empecé a untarla bien por todo, pero en poco rato ya estaba insistiendo en su culo y en las partes internas de sus muslos aprovechando a tocar con las puntas de los dedos el biquini en la parte de su coñito. Como siempre con los primeros roces se removió diciéndome, para, que ya estás con lo mismo, pero lo que hice fue elevar mi insistencia en el magreo y eso dejo paso a poder tener vía libre por parte de ella e ir recreándome cada vez más, estando en esas giré un poco la cabeza y vi que el negro miraba sin pedir detalle, se había arrodillado para tener ...

... mejor visión y estaba medio empalmado, dejando claro que tenía un rabo de las de 20 centímetros y muy grueso por cierto. 

Yo al ver esta situación seguí a lo mío, que era poner a mi esposa bien cachonda, le retiré la parte de abajo hacia un lado, para poder tener acceso a su coño de esta manera le podía ir metiendo de vez en cuando un dedito, le pasaba toda la mano restregándola bien por su coño y acabando por su culo, al que eche un pco de crema para empezar a masajearselo para que se le fuese lubricando y dilatando. Ella cada vez estaba más cachonda ya que empinaba el culo pidiendo a gritos que le metiese lo que fuese por el, peo yo seguía impasible con mis caricias aprovechando eso si a introducir un poquito las puntas de mis dedos tanto en el coñito como en su culito y que cada vez estaba más abierto. Estando recreándome con mis tareas de masajista, se me olvidó por unos instantes el vecino y cuando me vino a la mente de nuevo, volvía a echar la vista atrás a la derecha a ver que hacía y puede ver que ya estaba de pie con todo aquel pollon en la mano y ahora ya se pajeaba lentamente, intermitentemente pero sin parar.

Me volví y por lo calenturienta de mi mente ya tuve que empezar a meterle los dedos bien adentro en el coño, ella movía el culo buscando que la penetracion fuese más intensa, más profunda, culeaba a buen ritmo, estaba muy cachonda con mis toqueteos. Seguí penetrándola con las manos y emepeze a masturbarme, si no me la tocaba ya, me iba a reventar, en estas ...