NUEVOS AGUJEROS - Relatos Eróticos

NUEVOS AGUJEROS

... este? – Se me ocurrió que la nena hacia las cosas de manera de tenerme más tiempo. No creo que sea por encantamiento. Más bien por el hecho de que había aparecido alguien que no es del pueblo. ¡Eso no debe ser común! 
Se agachó inclinándose hacia afuera de la escalera, hacia donde yo estaba, parado… ¡Otro shock! Las tetitas sin corpiño que lucía por el escote de la blusa, eran también perfectas. Dos conitos rosados con areolas y pezones de un rosa más oscuro. 
Le devolví el cajón anterior y me fijé en el que me daba.
-Si, alguno de estos es.
-¿Me lo tiene Dani, así bajo?
-Claro… - Bajó, tomó el cajoncito de mis manos, siempre con la mejor sonrisa. Y rosó su culito en mi paquete con la mejor deferencia…, como dándome un premio.
La seguí al mostrador. ¡Diablos! ¡Cómo me había puesto! ¡Semejante carpa! 
Ofelia no fue al otro lado. Se paró a mi lado para ver lo que había allí. ¿Era casualidad? Su cintura, dada su altura, quedó al nivel del bulto. Se rozó en varias oportunidades, como un roce casual… Cuando saqué el vástago que había traído en el bolsillo de mi jean rocé “casualmente” con el dorso de mi mano su culito. No hubo reacción alguna.
-Es este, justo. – Le señalé el vástago. 
-Bueno, solucionado el problema.
-Espero poder armar la canilla…
-¿Alquiló una casa?
-No, no. Es una casa familiar, pero me resultó más cómodo arreglarla yo, que pedir que lo haga el dueño. Es el chalet grande de la otra cuadra. El que tiene el rosal al frente.
-Si ese, si, Farallón, ...

... el señor es muy mayor, y no creo que arregle algo. 
-Si es posible.
-¿Se piensa quedar allí?
-No, mi idea es alquilar…
-¿Estará mucho?
-Seis meses por lo menos…
-Yo conozco una casa que le iría muy bien. ¿Tiene familia muy grande?
-No, soy solo.
-¿Solo?
-Si. Soy viudo y mis dos hijos ya viven por la suya. Yo vengo solo y cuando es un tiempo de estadía, prefiero alquilar. Para estar más libre de compromisos…
-¿Quiere que le muestre una casa muy linda, muy cuidada y bastante “discreta”? - Me llamó la atención lo de discreto. - Y si…, por si usted quiere que alguien lo… “visite”.
-Ahhh…, si, tienes razón. Me gustaría verla. ¿Hay algún compromiso? 
-No, para nada. La dueña falleció hace cuatro meses, y la familia todavía duda de venderla o guardarla para alquilar. Ahora con la fábrica puede ser que venga mucha gente.

-¡Jajaja! ¡Soy el primero! 
-Si. Estoy muy contenta si es usted quien la alquila…
-Por…
-Bueno…, es cerca. Acá atrás, en la cuadra de atrás, cerca…, al fondo de casa.
-Suerte…, me gustaría estar cerca de vos…
-Gracias… señor…
-Llamame Dani.
-Si Dani, que bueno, también me gustaría estar cerca.
-¿Y me muestras la  casa? 
-¿Se puede quedar hasta que venga mi papá?
-Por supuesto. Por vos me quedo todo el tiempo que quieras.
-Gracias, Dani. ¡Muchas gracias! – La sonrisa le iluminaba el rostro. - Voy a subir el cajón.
-¿Te ayudo?
-Bueno, claro. - Tomé el cajón y la seguí nuevamente, apreciando con deleite como movía el culito al caminar. Cuando ...