Ya soy el puto del equipo (XI): A cada problema su solución
Fecha: 09/10/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... se sabe donde, eso supondría una escuela de entrenadores para el profesorado más joven. Ellos cobran menor sueldo y podrían ayudarse por esta actividad sostenido por la Universidad.
— Notificaré todo esto que he ido anotando, creo que nadie había pensado en esto…
— Porque todo esto es caro y si la Universidad no puede sostenerlo, para qué pensarlo…
— Pero tú puedes ayudar, quieres decir…
— Sí, pero nadie debe saber de donde sale el dinero… Tengo la responsabilidad de pensar qué hacer con el dinero que mis padres me han dejado. Probablemente yo no tenga sucesión ni herederos, y en esta casa puedo depositar ciertos deseos y anhelos y sufragar determinadas necesidades. Pero nadie, mas que las autoridades superiores y Hacienda pueden saber esto. Yo soy un estudiante y no quisiera que el profesorado se viera en la obligación de regalarme fácilmente las notas durante mis estudios, sería corrupción y yo un fracasado; creo que me comprende usted.
— Perfectamente. Pienso que debéis olvidar todos los acontecimientos pasados y al acabar el examen organizad unos días de descanso el equipo o una fiesta o una merienda, algo que os ayude a volver a poner los pies sobre el terreno; patead esa pelota que os pesa y meted un gol a los que os quisieron equivocadamente.
— Gracias, señor, usted me anima.
En la tarde comencé a contar a Abelardo y a mi taita mi conversación con el Decano y apenas nombrar al Decano, exclamó Abelardo:
— ¿Has hablado con el Señor ...
... Bermúdez?
— Sí, ¿qué pasa?
— El Señor Bermúdez es hijo del Comisario Bermúdez; ¿te ha dicho cómo va lo nuestro?
— No quería hablar de eso, ni me lo ha nombrado, quería saber mi parecer para formar un equipo en la categoría superior.
— Entonces lo nuestro va muy bien.
Les conté todo lo conversado y cómo al final me sugirió que organizáramos unos días de excursión o descanso para todo el equipo y serenar nuestras inquietudes. Al acabar, dijo Abelardo:
— Entonces lo nuestro va muy bien.
Mi taita salió inesperadamente del salón donde estábamos sentados y me dijo Abelardo:
— Esta noche lo vamos a celebrar bien y te voy a meter dos goles de campeonato, ya verás.
Apareció mi taita con un champagne y dos copas.
— Taita, vamos a estudiar…, —dijimos a coro.
— Una copa anima y se pasa pronto y el resto para la cena.
Brindamos por mi taita, se puso feliz, estudiamos, cenamos y estudiamos. A las 11:30 nos íbamos a la cama a jugar nuestro partido. Apenas entrar nos desnudamos y nos besamos con serenidad. Estábamos bien preparados para nuestros respectivos exámenes y ahora nos íbamos a hacer otro tipo de examen.
Adalberto me besaba como si en eso le fuera su vida, me besaba centímetro a centímetro todo el cuerpo y yo solo podía tocarle y cuando comenzó a besar de cintura abajo ya pude besar su ancha espalda. De pronto, mientras seguía besándome hasta los pies, me puso los suyos en la cara y comencé a lamer sus pies, los que habían estado dentro de las zapatillas. ...