Malas influencias
Fecha: 24/09/2023,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... era algo fundamental a la hora de celebrar un divorcio. Aquel fin de semana, yo sería su criado. Tendría que elaborar el menú, hacer la compra y cocinar mientras ellas disfrutaban de un fin de semana sin obligaciones. Ingenuamente, el sábado creí que alguna de ellas se ofrecería a fregar, pero entre risas y bromas hicieron una votación y decidieron por unanimidad que yo fregaría, pues ellas pensaban bajar al río a bañarse en cuanto se tomaran el café.
Cuando terminé de fregar, recibí un mensaje en el que las chicas me decían que les bajara unos refrescos. “Si lo sé, no vengo”, mascullé empezando a cansarme de que aquellas tres señoritingas me hubieran tomado por un esclavo.
Tras meter los refrescos y unas patatas light en la bolsa nevera, bajé al rio utilizando el atajo en vez de hacerlo por el camino. Dicho atajo zigzagueaba por una estrecha y empinada senda que daba, casi directamente, a la poza donde las chicas habían bajado a bañarse.
El último tramo estaba bastante enmarañado por zarzas y arbustos, pero ya no pensaba subir de nuevo y dar todo el rodeo por el camino bueno. Con cuidado de no clavarme las agudas pinchas, fui abriéndome paso. Al aproximarme más al río, comencé a oír sus voces. Ya iba a darles una voz para anunciar mi llegada cuando algo me dejó sin aliento.
A pesar de lo tupida que era la maleza, al observar a las chicas al otro lado del río pude ver como, entre risas, se estaban despojando de la parte superior de sus bikinis. Ante lo ...
... insólito de aquello, lo primero que pensé fue que habían bebido demasiado vino, pero entonces las oí bromear.
— ¡Estáis locas! —renegó Tere como si aquello no fuera con ella.
— Es sólo para divertirnos un poco, mujer. ¡Ya verás! —comentó alegremente mi esposa restándole importancia.
— ¡Eso!¡A ver si es tan grande como dices! —comentó la más flaca de todas con un desparpajo que sólo los años pueden dar.
Aquellas tres habían organizado un complot para hacerme tener una erección delante de todas. Se habían puesto de acuerdo en exhibir sus pechos para que yo pudiera verlos, y lo peor de todo era que dicha erección estaba ya en proceso. No obstante, si su forma de divertirse, era mofarse de mí, yo también tenía la mía.
Así pues, di un par de pasos hacia atrás y las llamé no muy fuerte para que pensaran que me hallaba aún más lejos de lo que estaba. Luego simplemente me abrí paso por entre la condenada maleza hasta tenerlas al fin a la vista.
No tuve que esforzarme gran cosa para poner cara de idiota, tenía ante mí a tres mujeres tan maduras como sabrosas, las tres mostrando sus senos sin ningún pudor. Mi verga dio un respingo bajo el bañador, aquellas brujas se habían conjurado para hechizarme y pronto saltaría a la vista que lo habían logrado.
A mí derecha, y más cerca del agua que las otras dos, se encontraba la alta y rubia Beatriz. Aquella mujer siempre había sido la que más éxito había tenido entre los hombres, demasiado a tenor de lo rápidamente que se había ...