1. Mis odiosas hijastras (4)


    Fecha: 29/09/2023, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... dirigiéndome a Valentina, agregué—. ¿Y vos qué proponés?
    
    Ella respiró hondo, cosa que hizo que sus pechos parecieran inflarse, como si las tremendas tetas no llamaran ya suficiente atención. Yo desvié la mirada enseguida, pero esa mocosa siempre notaba cuando la miraba con lujuria, y ahora no parecía haber sido la excepción. Me miró con intensidad, mientras sus labios insinuaban una sonrisa que no terminaba de materializarse.
    
    —Bueno, dejame pensarlo un rato —respondió.
    
    De repente me di cuenta de que las cervezas que me había tomado hacía un rato, me empezaban a generar muchas ganas de orinar. Como había estado al palo desde hacía rato, no me había percatado de la necesidad de evacuar líquidos.
    
    —Ya vengo. Voy un segundo al baño. Si quieren traigo un mazo de cartas —propuse.
    
    —¡Sí! —respondió Sami con una euforia que me resultó divertida, pero las otras no dijeron nada.
    
    Fui tanteando hasta el baño. Como estaba todo oscuro tuve que sentarme en el inodoro para no errar el chorro. No pude evitar pensar —y desear— que podía repetirse la situación que me había impactado tanto. Quizás una de mis hijastras nuevamente me abordaría en la oscuridad. En esta ocasión no la perdonaría. Tal vez no tendríamos tiempo para echarnos un polvo, pero la manosearía de tal manera que descubriría de quién de ellas se trataba, cuál de ellas era la pendeja atrevida que había abusado de su padrastro. Las tres eran muy diferentes en lo físico, por lo que una breve inspección táctil ...
    ... debería bastarme para conocer la verdad. Valentina tenía mucha más carne que las otras, por lo que sería fácil identificar su enorme orto, mientras que Agos y Sami tenían una contextura similar, más esbelta que la otra, pero la diferencia radicaba en que Sami era bastante más petisa que su hermana mayor. Una vez que supiera de quién se trataba, la mocosa en cuestión recibiría una visita de mi parte en plena medianoche, bajo los ruidos de los relámpagos y la lluvia torrencial impactando sobre los tejados, y le enseñaría que no podía andar provocando a un hombre de esa manera, y esperar que este no se lo cobrara. Mariel que se fuera a la mierda. Ella me había engañado, y si por esas casualidades le llegaba el chisme, yo argüiría que en ese momento ya me consideraba soltero, y que las chicas ya estaban lo suficientemente grandecitas como para decidir con quién acostarse. Una explicación endeble, pero era lo suficientemente verosímil como para convencerme a mí mismo, que era en realidad lo único que necesitaba.
    
    El chorro de pis fue muy largo. Cuando agarré la pija para sacudirla, me di cuenta de que estaba bañada en líquido preseminal. Me limpié con papel, y con la persistente fantasía de que pronto me cogería a una de las chicas, me lavé mis genitales en la piletita que estaba frente al inodoro. Pensé en si no sería mejor hacerme una rápida paja para apaciguar tanta calentura. Eso tal vez evitaría que mi verga se endureciera a cada rato, como me venía pasando hasta el momento. ...
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