1. Diario de un Prisionero III: la calma antes de la tormenta


    Fecha: 11/10/2018, Categorías: Incesto Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos

    ... hecho, no preparó la habitación de huéspedes, sino que llevó un juego extra de toallas a mi habitación y a la de Sergio, como que lo entendió perfectamente jajajaja. Después de cenar tuvimos otra maravillosa sobremesa, cortesía de Julio y sus anécdotas, y después nos retiramos a dormir.
    
    Esa noche hicimos el amor como nunca, me besaste hasta que nuestros labios ardieron de tanto roce, nos acariciamos hasta que se nos entumecieron las manos de estar recorriendo nuestros cuerpos. Decidí avanzar un poco y te empecé a besar el cuello, luego fui bajando por tus definidos pectorales y llegué a tus deliciosos pezones, que no dudé en acariciar con mi lengua, besarlos, succionarlos, llenarlos de saliva para succionarla después y volver a besarlos. Tú gemías de placer y decías mi nombre y que me amabas, me puse a mil y seguí bajando, llegué a tu bello ombligo que degusté con placer y te hice retorcerte de placer y ahogar gemidos y jadeos que entremezclabas con mi nombre. No pude postergarlo más y me lancé a tu bello y duro falo, besé tu capuchón, lo acaricié con mi lengua y, finalmente, lo metí en mi boca, permitiéndote llegar hasta mi garganta y ahogar un gritito de placer. No resististe mucho y terminaste en mi boca, me bebí todo tu néctar, esa bebida reservada a los dioses que tú me dabas a probar con tanto amor. Te acostaste boca abajo y me ofreciste tu culito, que yo encantado me lancé a comer ese divino agujero que nos arrancaba jadeos de placer hasta que no pude aguantarlo ...
    ... más y te ofrecí mi polla para que la preparas y tú gustoso llenaste mi cipote de saliva, cuando estuve listo te volteaste y abriste tus piernas, dejando tu hoyito expuesto y yo me aproveché de eso y apunté y fui adentrando mi verga en tu cuerpo, te hice mío por enésima vez y buscaste mi boca para fundirnos completamente en uno. Nos amamos, nuestros cuerpos se unieron a la perfección y tú demuestras lo que me amas, igual que yo te daba todo mi amor, empecé a moverme dentro de ti y después de un rato me pediste cambiar la posición y te acostaste de lado, levanté tu pierna y volvimos a fundirnos, te besé el lóbulo de la oreja, succionándolo con mis labios y deleitándome con tu sabor. Gemiste de placer, un gemido profundo y salido del corazón, muestra de nuestros sentimientos; cuando te mordí la oreja, acabaste entre espasmos de placer y me dijiste que me amabas, eso fue suficiente para mí, me hiciste acabar en el acto. Saqué mi pene de tu culito y te giraste y me repetiste que me amabas y me abrazaste, entonces nos besamos hasta quedarnos dormidos.
    
    Tú haces que cada día que vivo sea mucho más maravilloso que el anterior, te amo, mi vida, mi Andrés.
    
    Tu amante novio,
    
    Pablo.
    
    Daŭrigos...
    
    **********
    
    Mis queridos lectores, gracias por acompañarme en esta nueva aventura, del próximo capítulo solo diré que no habrá tanta miel… ahora sí se entenderá el título, al menos el significado que le quería dar originalmente… por favor, de nuevo os lo pido, tomaros la molestia de ...