Dos pollas para una lesbiana
Fecha: 03/10/2023,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Faragullas, Fuente: CuentoRelatos
... ritmo todo lo que pude y me corrí como un animal dentro de su culo recién desvirgado, llenándoselo de leche por completo.
Tal fue la corrida, que, al sacarle la polla del ano, le empezó a brotar la leche como si de una fuente se tratase, pringando toda la mesa.
Ahora fue Iván el que pidió el cambio, se sentó en el sofá y puso a Ana encima, haciéndola cabalgar a la vez que le comía las tetas, yo no desaproveche la ocasión y me puse de pie en el sofá volviéndole a meter toda la polla en la boca mientras ella seguía cabalgando.
Así estuvimos otro buen rato, follandonosla sin parar y en una de estas Ana se volvió a correr fruto a la cabalgada que estaba llevando.
Iván estaba a punto de correrse, por lo que cambiamos a mi cuñada de postura, me puse yo sentado en el sofá, Ana encima, e Iván por detrás dándole por el culo, el cual ya tenía bien lubricado después de la corrida que le acababa de pegar hacía un momento.
No parábamos de follar en ella, la muy zorra decía que le daban asco las pollas, pero se estaba tragando dos y por todos sus agujeros. Llegó un punto en el que Iván no aguanto más, así que acelero el ritmo y se corrió como un animal en celo dentro del culo prieto de Ana, yo ya estaba otra vez a ...
... punto de caramelo, pero no le dije nada a ella, la descabalgue y le pedí que me la chupara, mientras lo hacía, yo le aguantaba la cabeza para que no parase y de paso para que no se escapase, ya que en una de estas le solté toda la lechada en la boca y parte de la cara, provocándole unas arcadas que casi le hacen vomitar, mientras Iván y yo nos reíamos a carcajada limpia.
La verdad que ver a mi cuñada con lo prepotente y orgullosa que es, totalmente humillada y con toda mi corrida por su cara, me produjo una satisfacción que no os lo podéis ni imaginar.
Acabada la fiesta, se vistió a la carrera y se marchó dando un portazo, sin mediar palabra alguna, mientras nosotros seguíamos riéndonos sin parar.
Cuando Ana se marchó, mi mujer exclamó:
- Subir para la habitación que me tenéis como una perra en celo.
Pero bueno, lo que pasó después, ya pertenece a otro relato, lo que si os comentaré, es que Ana y Silvia tuvieron una fuerte discusión, que casi les cuesta la relación, y que, a raíz de ese día, gracias a Dios, ninguna de las dos ha vuelto a aparecer por mi casa, y de esto ya hace más de ocho meses, pero yo por si acaso sigo teniendo los dados a mano, por si quiere cualquier día jugarse la revancha. Ja,ja,ja.