Manos mágicas
Fecha: 10/10/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Fd, Fuente: CuentoRelatos
... ya estaba caliente y comenzó a repartirla por mis piernas, para luego tirar de ella de una forma firme lo que provocaba que mis manos se aferraran a la sábana de la mesa. Poco a poco fue dejando sin vello cada centímetro de mis piernas.
Enseguida me volteo tal como lo hace Sandra, me indicó que ahora iba a retirar el vello de la parte trasera de mi cuerpo y comenzó el mismo procedimiento hasta dejarme limpia de las piernas. Solo faltaba el culo y mi sexo, separó mis nalgas con una de sus manos fue aplicando una capa uniforme de crema por toda la zona hasta cubrir todo mi culo; la dejo unos minutos y luego comenzó a limpiar con una toalla húmeda.
Sólo quedaba mi zona más íntima, no es que trajera una melena muy larga, pero quería ir sin nada de nada a disfrutar de mi marido.
Abrí los ojos cuando me di cuenta que no iba aplicar cera como lo hace Sandra tampoco se puso guantes, pero no me importó aunque sus caricias eran siempre en forma profesional yo quería sentir el contacto de sus manos desnuda sobre mi cuerpo y no quería que un fino plástico interfiera. Mi mente estaba descontrolada y quería más de él.
Acercó una palangana con agua caliente, jabón, toallas y una navaja de barbero. ¡Sí, iba a depilar mi zona íntima con una cuchilla! Nunca lo habían hecho, pero lejos de asustarme mi excitación aumentó.
Comenzó enjabonando mi monte de venus, fue sensual y excitante, tanto que sentí que lubricaba en exceso, cuando había cubierto todo con suave y espumoso jabón ...
... paso la cuchilla suavemente. La sensación de calor se iba apoderando de mí sin que yo lo pudiera evitar.
Cuando terminó pasó una toalla húmeda para retirar el exceso de jabón, puso un poco más de agua templada y volvió a secar. Miró con sorpresa mi sexo y el líquido transparente que salía de ella.
—Es tuyo -dijo sorprendido y mostrándome sus dedos llenos de mi nectar
Cómo respuesta yo me había levantado la toalla que cubría mis tetas y pudo observar mis pezones duros y erectos por la excitación.
—Con lo que me gusta complacer mujeres casadas.
Me tendió una mano y me atrajo a él, pude notar por fin su miembro duro como una roca pegado a mi cuerpo. Noté como la piel se me erizaba de deseo, por un momento sentí un pequeño temor cruzando por mi mente por lo que estaba a punto de suceder; él notó mi duda y preguntó.
-¿Estás segura?
-Sí
Mi boca contestó en automático y desde ese momento ya no hubo vuelta atrás.
Lucas me llevó hasta el sillón junto a la puerta, se quedó sentado con las piernas cruzadas y las manos sobre ellas, en silencio se dedicó a observarme como si todo el rato que estuve acostada en la mesa no me hubiera visto. Era como si quisiera beberme con los ojos.
Luego de unos minutos que me parecieron horas comenzó a tocarme de nuevo, sus manos no me tocaban como un profesional que aplica un masaje, no, ahora eran las manos de un amante, ahora sentía la pasión que salía de su piel cuando me tocaba, ahora el deseo estaba explícito en cada ...