1. La mamá de Joaquín, Cap 2


    Fecha: 11/10/2023, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... seguir gastándome, pero me conocen. Saben que cuando pongo cara de orto significa que ya no me pueden decir nada o se comen un par de bifes.
    
    Cuando entré al aula, saludé a los pibes. El cheto estaba entre un grupo de pibes, y también lo saludé.
    
    Cuando la vieja Ortuño empezó con la clase de historia, me quise rajar del aula para ir con los pibes, a donde fuera que se hayan ido. Pero ya estaba ahí, me la tuve que fumar.
    
    Igual es al pedo que la vieja se esfuerce tanto en explicar sobre el rodrigazo y esas cosas. Todos saben que el último año es sólo un trámite. Nadie repite tercer año. Los pibes estamos con la cabeza en otra parte. El viaje de egresados, las mujeres, la birra, la joda… Los profes saben eso y a la mayoría les chupa un huevo. Incluso la vieja Ortuño nos va a terminar aprobando a todos. Pero ella y dale con sus clases de mierda.
    
    —Bueno, recuerden que tienen que armar grupos para el trabajo práctico.
    
    —¿Qué trabajo práctico? —dije recaliente. ¿De qué mierda estaba hablando la vieja esta?
    
    —Si viniese más seguido, o si al menos les pidiera a sus compañeros los apuntes, sabría de qué le estoy hablando. Tiene que hacer un tepe comparando la política económica del primer gobierno peronista con el tercero.
    
    —¿¡Qué!? Profe, me parece que estás confundida vos. Esto no es la universidad eh.
    
    Algunos wachos se cagaron de la risa con mi ocurrencia.
    
    —El confundido es usted Medina. Y le aclaro que este trabajo va con nota. A ver ¿A qué grupo le falta un ...
    ... miembro?
    
    —A nosotros. — dijo uno de los logis del curso, con miedo.
    
    Era Ramoncito, un cuatrojos con peinado de lamida de vaca. Era uno de los más tragas del curso. Al menos en eso tuve suerte. Menos trabajo para mí.
    
    —Bueno Medina, se agrega al grupo de Bulacio, Rosales, y Pascot.
    
    ¿Bulacio? Pensé para mis adentros. ¿Bulacio no era el apellido del cheto?
    
    Él se dio vuelta a mirarme, confirmando que así era.
    
    Al final este trabajo práctico no era tan mala idea. Bien ahí vieja Ortuño, me hiciste un favor sin darte cuenta, pensé.
    
    Andrea
    
    Llegué a casa irritada. Joaquín estaba preparando unas hamburguesas. Los días que trabajo en el estudio, llego a casa a eso de las tres y Joaquín me espera para que comamos juntos. A veces Rubén se despierta y nos acompaña.
    
    La casa estaba llena de olor al humo que salía de la plancha.
    
    —¿Por qué no abrís la ventana Joaquín? —le dije, levantando la voz.
    
    Inmediatamente me arrepentí de hacerlo. Joaquín era un santo. Se bancó el cambio de barrio, de colegio, soportó el acoso que hasta hace poco sufría de parte de un compañero, y hasta me ayudaba con las tareas domésticas.
    
    —Bueno ma, no te enojes. —Me dijo el pobre.
    
    Me acerqué y le di un beso en la frente.
    
    —Perdoname Joaco, tuve un día complicado en el trabajo. Sabés qué, no tengo nada de hambre. Comé vos. Me voy a dar una ducha y si querés después miramos la tele juntos.
    
    Me dio la impresión de que me quería decir algo, pero en ese momento necesitaba relajarme. ...
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