Profesora de universidad, su juguete sexual por una tarde
Fecha: 16/10/2023,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: jc2020, Fuente: CuentoRelatos
... debían de sentir ese bulto que lleva entre sus pantalones, debía de sacar aquel paquete que había llegado para mí, seguro que tendría mucho para ofrecerme. Deje caer el sujetador negro que llevaba para aquella ocasión, mis bragas, fueron lo primero en caer, ante tanto frotamiento contra mi húmeda vagina. Empapadas cayeron al suelo, se deshizo muy fácil de aquellas bragas.
Para estos momentos de la tarde, la excitación en ambas partes sexuales, estaban en su punto máximo. Me deje llevar hasta el sofá, bragas en el suelo, sujetador en mano, él, por detrás de mí, frotando esa herramienta que ahora descubriría. Ahora, era el momento de sacar aquel paquete que había llegado a mi piso. Madre mía si me sorprendí, mis ojos casi sonrojados por aquella verga, la intensidad de su color, la forma curvada hacia un lado, las enormes venas que adornaban su increíble erección. Mi vista no se apartaba de tremenda cosa, me he visto dominando unas cuantas vergas, pero esta, dejaba una clara brecha entre lo que había conocido, y lo que ahora tengo en mi presencia.
Sus manos guiaban mi cabeza, sus manos dirigían mis movimientos hacia su enorme verga, me sentí algo insegura por engullirla. Solo asomaba mi boca para comprobar que fuera de verdad, pero el palpitante movimiento de aquello, me hacía pensar, en lo que estaría a punto de recibir. La dilatación en mi vagina se intensificó, ya sentía dos de sus dedos dentro de mí, que placer que me daban. Él sabía muy bien donde tocar, donde ...
... rozar, en que momento acelerar o parar de manera brusca, eso me ponía muy cachonda. Dejaba que dominara mi parte intima a su holgada gana, no me importaba sentirme su esclava, después de todo, si me castigaba con aquella cosa, bien merecido me lo tendría. Estaba yo a punto de correrme.
Atrás había quedado todo el mal rato, todas los ásperos pensamientos, se dejaban de lado, todo mi cuerpo era de su propiedad. Sus dedos no hacían más que preparar un camino, una estrecha brecha se abriría en un momento, dando paso a su enorme presencia. Su verga me lleno, se introdujo de a pocos, lo que me quitaba la respiración, hacían que mis jadeos se agolpen en cada arremetida suya. Unas débiles lagrimas asomaban discretamente mis pupilas algo dilatadas, el calor en mi cuerpo, las ganas que sentía hasta aquel momento de la penetración. No eran suficiente para calmar este fuego que llevaba en mi vagina.
Follada tras follada, deseo por deseo, posar mis manos sobre aquellas nalgas, tan duras y vigorosas. Sentir el resoplar de su aliento, cual potrillo se tratase, me dejaba saber, que esta sería una contienda muy reñida. Debería de sacar lo mejor de mis movimientos, tener en cuenta lo máximo que podría disfrutar, antes de que se viniera de gusto. Me acomode a su ritmo, aunque esté lleno de energía, primero tendría la oportunidad de correrme yo, así no me quedaría con ganas de nada. Tendría un excitante momento para recordar y una anécdota más.
Para llegar a correrme como lo tenía planeado, ...