El jardín de la vecina
Fecha: 03/11/2023,
Categorías:
Transexuales
Autor: Liver96, Fuente: CuentoRelatos
... madre en la mesa comiendo. Se sentó y al cabo de unos minutos Selma habló.
‘’Fui hasta la casa de la vecina nueva. Es muy agradable, incluso me invitó a beber té’’
‘’Que bien, y cómo se llama?’’ preguntó fingiendo desinterés Paulie.
‘’Natasha… es una mujer joven, 29 años. Trabaja como vendedora de coches” respondió Selma.
‘’Vaya… pero si ya hasta sabes donde trabaja. Y que más…’’ repuso muy certeramente el joven.
‘’Ya sabes, a las mujeres nos gusta conversar de todo. No debería de sorprenderte eso cariño” respondió Selma a su hijo.
‘’De eso no hay dudas…’’ respondió Paulie antes de sorber un poco de jugo.
Al día siguiente, Paulie se entretuvo con sus labores de minero pero al caer la tarde, su mirada fue atraída a la ventana de su habitación, que tenía vista a la casa de la nueva vecina. El joven tomó sus binoculares de su mesa y echó una ojeada a la casa, podía ver la sala de estar ya que la ventana no tenía cortinas, justo en ese momento la vecina se detuvo frente a su ventana con una copa de vino en la mano. Vestía una camisa blanca y un short de jean bien cortito, que le permitió observar con morbo las esculturales extremidades de Natasha, se veía muy relajada y satisfecha. Después de varios minutos la mujer se dio la vuelta con la copa vacía y Paulie admiró el potente y redondo culo de su nueva vecina, la espero que regresase pero no lo hizo; el joven dejó los binoculares en su cama y salió de su habitación.
Mientras cenaba, la imagen de Natasha ...
... no abandonó su mente en ningún momento y en par de ocasiones se relamió de gusto… no precisamente por la cena que había hecho su madre. Esa noche sus fantasías nocturnas mayormente fueron sobre Natasha… en ciertas situaciones que obviamente nada tenían que ver con una conversación amena y cordial.
Los días fueron pasando, y ya no estaba tan seguido espiando a Natasha a la menor oportunidad, pero las veces en que la observaba, era una erección garantizada. La pelirroja era muy sexy y ya solo con la manera de vestir excitaba sobremanera a Paulie, y a todos los hombres (y algunas mujeres) del vecindario. No obstante, la mujer apenas pasaba tiempo en casa por su trabajo y solo se quedaba los fines de semana haciendo actividades domésticas y hablando por videollamada. Y allí Paulie vio su oportunidad para acercarse a ella.
Naturalmente, Paulie era lo que la mayoría definiría como ‘’lastre, un bueno para nada” pero se convenció de que si había una forma de conocerla, era siendo útil por una vez en su corta vida. Así fue como un sábado en la mañana, terminó de desayunar y se colocó una camiseta, shorts y unos zapatos viejos, y salió de su casa con la excusa de ir a dar una vuelta por ahí.
Deambuló por varias calles como si nada y luego retornó hasta llegar a la casa contigua de Natasha y observó distraídamente, buscando una señal de ella. Al fin logró verla en el patio trasero de su casa cuando llevaba un recipiente en sus manos y armándose de valor caminó hacia el jardín ...