1. Me estrenaron (2): Andy


    Fecha: 03/11/2023, Categorías: Bisexuales Autor: Josel101, Fuente: CuentoRelatos

    ... jugando en círculos alrededor de ella.
    
    Mientras el gemía extasiado, acariciando mi cabello, como se acaricia un perrito, como se soba el lomo o la cabeza de una mascota para hacerle cariñitos, como premio por portarse bien.
    
    - Ah, que rico mamas Juanita!
    
    —Ahhh sííí. Así ¡Chupa mi reina! ¡Es toda tuya!
    
    Y yo tragaba sin poder hablar, aunque en realidad no tenía nada que decir.
    
    -Mmmm!
    
    Luego me agarró por la parte de atras de la cabeza con la intencion de enterrarla toda en mi boca. Yo sabía muy bien lo que queria, así que lo agarré de sus nalgas, para dirigir la profundidad con que entraba su verga en mi boca.
    
    Me maravillé al sentir con mis manos que sus nalgas eran firmes, ásperas y duras; nalgas de macho, nalgas que de algun modo completaban su virilidad, no como mis nalgas blandas de mujercita.
    
    —Ahhh sííí. Así ¡Chupa nena! ¡así bonita!
    
    Era excitante sentir esa dureza en mis manos, agarrarme a ellas era como sostenerme de dos barrotes, era sentirme seguro mamando sin preocupaciones; si las rodillas se me doblaran en ese momento, podría aferrarme a el sin caer, sintiendome protegido con su hombría.
    
    No se cuanto tiempo duré chupando, lamiendo y besando esa rica verga y clavándola hasta el fondo, hasta sentirla en mi garganta. Adentro-afuera, en circulos, arriba-abajo; de pronto me descubri a mi mismo moviendo el culito al mismo ritmo de manera inconsciente, cerrando-abriendo, apretando-aflojando, en circulos rítmicos, seguramente excitando a todos ...
    ... los demás machos ahí presentes.
    
    De repente me dieron ganas de acelerar mis movimientos de adentro-afuera, combinados con grandes succiones de todo su miembro y y apretones de sus nalgas.
    
    Luego me sentí forzado a poner mis manos en sus caderas porque ya no era yo quien llevaba el ritmo, era Andy que estaba entrando y saliendo profundamente y cada vez más rápido, hasta que sentí en mi boca como se ponía mucho más dura, demasiado caliente y con pequeñas contracciones, al tiempo que aumentaba sus gemidos apretando mi cabeza muy fuerte para mantener su verga clavada hasta el fondo de mi garganta.
    
    Y de pronto empezó a soltarme chorros de leche caliente que yo degustaba hambriento.
    
    —Sí, sí, Señoghfg… ggghf…
    
    —Ahhh sííí…
    
    Sentí una explosión hermosa de aquel jugo que sabía a gloria, su leche inundó mi boca en varios lechazos ininterumpidos, mi lengua se bañaba con aquel sabor a hombre, a macho fascinante, un liquido espeso y tibio que yo retenía en mi cavidad bucal para después tragarlo todo, hasta la última gota sin que su verga saliera de allí, para disfrutar y sentir el mayor tiempo posible como poco a poco, se iba desinflando y reduciendo de tamaño.
    
    Luego me dediqué a limpiar esa hermosa verga, que a pesar de su flaccidez seguía siendo ancha y hermosa.
    
    Es muy probable que lo mío era un gesto de amor. Por supuesto que mis ojos lo miraban llenos de gratitud, con admiración y sumisión; con un enorme deseo que recorría todo mi cuerpo y que, lejos de disminuir, me ...