1. Un castigo ejemplar


    Fecha: 06/11/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... sobre todo escucho tus gemidos y en un momento dado, te oigo decir:
    
    “Olibert, que te ponga el condón con la boca. Cuando lo haya hecho dímelo. Quiero follarte sentándome encima de ti mientras Miguel me folla el culo. Quiero dos buenas pollas dentro de mí, y las quiero ya”.
    
    Me ponen un condón en la mano. Lo abro y lo coloco en la polla de Olibert, mientras con la boca voy bajando hasta dejarlo bien sujeto a la base. Comienzo a comerle la polla, pero me separan rápido de allí y empujan mi cabeza contra el suelo. Entonces noto ruido y risas. Estoy seguro que te estás sentando encima de Olibert porque siento tus gemidos y los suyos, y escucho a Miguel decir que si no paráis es imposible.
    
    Entonces dejo de sentir ruidos para escuchar un:
    
    “Joooder, ahhh… sí” Folladme fuerte, juguetitos… quiero un buen fin de fiesta”.
    
    Los gemidos se intensificaron. Tus gritos son evidentes. Al principio creo que es dolor, pero no. Es placer. Placer verdadero, mezclándose con el placer mental que te da la humillación a la que me estás sometiendo. Escucho gemir a Miguel y a Olibert, pero también estoy escuchando gemir a mi derecha, e imagino que Javier y Pulevi estarán masturbándose con la escena… y no me extraña.
    
    Cinco minutos después, siento que tu placer no deja de aumentar. Tus gemidos suben de tono, y tu respiración es más intensa… hasta que te corres con un grito que no había escuchado nunca. Creo que uno de ellos se ha corrido también, pero no lo sé con certeza. Lo único que ...
    ... siento es que el collar vuelve a tensarse, y sé que tengo que hacer mi trabajo y volver a limpiar tu corrida. Lo hago encantado mientras escucho que les dices:
    
    “Por hoy es suficiente, chicos. Vestiros y marcharos. Son las 3 de la mañana y quiero dormir. Ya hablaremos”.
    
    Te levantas y les acompañas a la puerta. Escucho que se cierra y que te acercas a mí. Retiras la máscara y me besas. Un beso largo, lento, intenso. Un beso que está diciendo que me quieres. Que soy lo más importante de tu vida.
    
    Entonces, rompo a llorar como un niño pequeño y te pido perdón. Tú me abrazas y me dices:
    
    “No hay nada que perdonar, mi amor. Pero no quiero que vuelvas a dudar de ti. No quiero tener que hacer esto otra vez. Nunca más. Disfruto contigo, mi amor. Disfruto de ti. Y es a ti a quién quiero. Eres tú el hombre de mi vida. Grábatelo en la cabeciña, por favor”.
    
    Abrazándote más fuerte, te digo que te quiero, y que me gustaría dormir, pero me dices que no. Antes de nada quieres que te duche despacio y con mimo. Te sientes sucia después de haberte follado a los cuatro juguetes, y quieres acostarte a mi lado habiéndonos duchado los dos. Así que nos metemos en la ducha y te enjabono con mimo mientras te abrazo, te beso y te digo que te quiero, y que he aprendido la lección.
    
    Salimos de la ducha, te seco suavemente y te acerco la ropa de dormir. Cuando me voy a poner la mía, me dices que no, que yo dormiré desnudo porque quieres disfrutar de la piel de tu hombre pegada a ti.
    
    Nada ...