1. Un castigo ejemplar


    Fecha: 06/11/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... la tensión del collar tirando de mí. Repito el ejercicio y te limpio con la lengua de forma escrupulosa, y suavemente me apartan para, acto seguido, volver a sentir las embestidas de Javier sobre ti.
    
    Más gemidos, más placer mientras el olor a sexo se instala en mi cabeza.
    
    Pasa un tiempo indeterminado y siento que otra vez estás cerca de correrte. Recuerdo esa mañana de un mes de enero en la que te corriste 26 veces en menos de 4 horas y pienso que me espera una tarde/noche larga. Efectivamente identifico el ritmo de tus gemidos y la intensidad de los mismos y pienso que otro orgasmo está muy cerca. Y apenas ha cruzado ese pensamiento en mi cabeza, oigo que le dices a Javier que se corra contigo. Escucho sus embestidas claramente a un ritmo frenético e imagino que habréis cambiado de postura, y de pronto dice:
    
    Me voy a correr. Eres increíble… ohhh”.
    
    Y sus gemidos y gritos guturales son ahogados por tu orgasmo. Súper intenso… gritas muchísimo y pienso que lo haces para darme una lección. Y de pronto. Silencio. Pausa. Respiración agitada por vuestro lado y los latidos de mi corazón y el sonido de mis mandíbulas apretando mis dientes, cuando vuelvo a sentir tensión en la correa, y sé qué tengo que hacer. Torpemente subo a la cama y, siguiendo la dirección de la correa, llego a tu coño, para volver a limpiarlo, pero en un momento dado noto que Javier me aparta la cabeza y mete algo en mi boca. Es el condón con el que acaba de follarte, con un nudo para impedir que su ...
    ... leche inunde mi boca. Inmediatamente después de que lo haya dejado ahí, sigo lamiendo con esmero hasta que noto que te apartas un poco y me dices que vuelva a mi posición.
    
    Noto que vas con Javier al salón, que hablas con el resto y comentan entre risas el polvazo que habéis echado, por el volumen de los gemidos… y al cabo de un buen rato (lo sé porque me duelen las rodillas) siento que vuelves a la habitación con otro juguete.
    
    No hay instrucción ninguna. Pero al rato siento ruido de ropa caer al suelo y la voz de Pulevi (creo). Comentas algo de su polla y de pronto noto un gemido de hombre y una voz sorda diciendo:
    
    “Joder… cómo la chupas… me estás poniendo a 100 incluso con el condón puesto”.
    
    Me quedo en mi posición y escucho tus palabras, comentando cómo pasas tu lengua por su glande, lo buena polla que tiene… y de pronto escucho esos sonidos de arcadas tan propios de una buena mamada. No pasa ni un minuto cuando vuelvo a notar la tensión de la correa, y casi sin darme cuenta noto que una mano empuja mi cabeza hacia una polla, que se cuela hasta lo más profundo de mi garganta. Comienzo a comer la polla como a ti te gusta que haga. Siempre me dices que no te haga quedar mal, así que me esmero en dedicarle a tu juguete una mamada antológica.
    
    Me duele que no me hayas dedicado la palabra todavía. Siento tu indiferencia hacia mí mezclándose con el placer que te provocan tus juguetes y cuando estoy pensando en eso, escucho a Pulevi decir:
    
    “Joder, qué puta es tu ...
«12...789...12»