1. Marta la sirvienta: relatos de fetichismo y sexo


    Fecha: 16/11/2023, Categorías: Fetichismo Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos

    ... ardiendo y el pijama mojado.
    
    - Tienes que cambiarte. Voy a por una toalla. - dijo Marta.
    
    Laura se quitó la camiseta del pijama. No llevaba sujetador y las tetas, anchas y temblonas, le colgaban vencidas por la fuerza de la gravedad.
    
    - Mi hijastra me chupa las tetas. - dijo la señora.
    
    - ¿Cómo dice?
    
    - Susana, sabes, es lesbiana y de vez en cuando nos tocamos. ¿Has echo el amor con alguna mujer? - continuó la mujer como si estuviese borracha.
    
    - No señora. La fiebre la está subiendo. - respondió Marta mientras secaba la espalda de su jefa.
    
    - Ya veo.
    
    Laura se puso la nueva camiseta de pijama y se llevó la mano a la barriga.
    
    - Malditas pastillas. - musitó.
    
    Marta, viendo que se quería levantar la ayudó.
    
    - Ya me arreglo yo, gracias. - dijo la paciente poniéndose de pie y tiritando. No llevaba pantalones de pijama y la tela de las bragas se colaba por la generosa raja de su trasero. Camino al baño se le escaparon dos pedetes. Luego la puerta se cerró y el ruido de la cadena ahogó el ruido del resto de ventosidades.
    
    Seis horas después Marta aguardaba con la pastilla y el vaso de agua.
    
    La mujer la miró hastiada y negó con la cabeza.
    
    - Las malditas pastillas me llenan de aire y no hago más que tirarme pedos.
    
    - Pero aun tenéis fiebre. - argumentó Marta tocándole la frente.
    
    - Ya... usaremos los supositorios. Sé una buena chica y ponme uno. Yo no tengo fuerzas.
    
    Marta sacó la cajita del cajón y se quedó con un supositorio en forma de ...
    ... cohete.
    
    - Puedes hacerlo verdad... esto es un poco humillante, lo de enseñar el culo y eso. Bueno, tú eres enfermera o casi, así que supongo.
    
    - No te preocupes, date la vuelta y yo me encargo de todo.
    
    Laura obedeció y se acostó sobre el estómago.
    
    Marta dejó el supositorio en la mesita, apartó las sábanas a un lado y bajó las braguitas de la paciente descubriendo el culete.
    
    - Podrías separar las nalgas. - pidió.
    
    Laura obedeció dejando su ano a la vista. Marta, con habilidad, introdujo el supositorio en el agujero del culo y metió el dedo para asegurar su retención.
    
    - Ahora aprieta el trasero para que no se escape. - añadió mientras le subía las bragas y la tapaba con la sábana.
    
    - ¿Me das un besito? - dijo Laura.
    
    Marta dudó.
    
    - Venga, esto quedará entre nosotras.
    
    - Cuando estes buena. - dijo finalmente la enfermera.
    
    Laura pensó un rato y luego sonriendo respondió.
    
    - Esta bien, cuando me recupere haremos un trío, mi hija, tú y yo.
    
    Marta no respondió a los delirios de la enferma.
    
    Dos días después la fiebre era solo un recuerdo y la dueña de la casa retomó el control. Su marido regresó por la tarde y llamó a su hijo al despacho.
    
    La hija de la señora movió la cabeza con desaprobación cuando entró en la habitación para cenar.
    
    - Parece que la profesora de inglés se ha quejado. - dijo.
    
    - Se ha quejado... ¿de qué? - preguntó con curiosidad Marta.
    
    - Dice el chofer que mi hermano le ha pellizcado en el culo varias veces.
    
    Y eso fue lo ...
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