Marta la sirvienta: relatos de fetichismo y sexo
Fecha: 16/11/2023,
Categorías:
Fetichismo
Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos
... único que dijo.
Una hora más tarde, fue el hijo el que se acercó a ella.
- Mi padre te llama. - le dijo a Marta.
- A mí... ¿por qué?
- Ya lo verás.
El tono empleado por el joven no ayudó a tranquilizarla.
Marta fue al servició, orinó, se lavó las manos, se miró en el espejo y satisfecha con su imagen fue a ver que quería Richard.
- Pasa y toma asiento. -
Marta entró.
- La puerta, ciérrala por favor.
La sirvienta volvió sobre sus pasos cerró la puerta y nerviosa, se sentó.
El caballero la observó durante unos segundos sin decir nada. Luego habló.
- Mi hijo me lo ha contado todo.
- ¿El qué?
- Vamos, no hagas como que no lo sabes. El chaval miente alguna vez, pero esto no creo que se lo haya inventado.
Marta enrojeció delatándose a si misma instantáneamente.
- Yo, bueno, no era nada.
- Ya veo... consideras que no es nada enseñar las tetas y mirar como un joven se masturba.
La chica no sabía dónde meterse ni que decir.
- Sabes lo que me dijo mi hijo... me dijo que hacerse la paja delante de ti le relajaba. Que transmites calma y confianza. Te voy a ser muy sincero, en mi trabajo se sufre estrés y muchas veces es difícil desconectar.
Marta, que escuchaba en silencio con la cabeza baja, levantó la mirada cuando Richard dejó de hablar.
Aquel hombre la estaba estudiando, quizás evaluando si lo que iba a decir a continuación sería apropiado.
- Gracias por cuidar de mi esposa. He oído que has hecho un trabajo genial. Se ...
... que a Laura le gustan las chicas, que le gusta tener sexo con ellas y todo eso. Pero no siente admiración por cualquiera, suele juzgar bien a la gente y le has caído muy bien.
- Gracias. - musitó Marta.
- Esta es mi oferta. Me gustaría que trabajases para mí. Había pensado en contratar a una masajista y una secretaria y... bueno, el caso es que necesito algo más, necesito alguien de confianza que me relaje.
Marta abrió los ojos y puso cara de susto.
- No, no quiero una puta. Ese mundo es muy frío. Simplemente quiero a alguien que vaya más allá con el ánimo de curar cuerpo y alma.
- ¿Y tú mujer? - preguntó la aludida.
Richard sonrió.
- Me gusta tu estilo y tu sinceridad, mi mujer conoce esto, puedes contárselo o comentarlo con ella cuando quieras si te sientes mejor. Ella tiene sus cosas, se enrolla con mi hija y bueno, si eso la hace feliz, para mí está bien.
Marta dudaba, no tenía claro hasta dónde tenía que llegar, ni estaba convencida de que Laura no se pudiese mosquear con este asunto. Richard pareció leerle el pensamiento y dijo.
- Lo mejor es probar, si esto no va contigo o no te sientes cómoda, pues siempre puedes dejarlo y seguir como hasta ahora. La paga, eso sí, es un poco mejor.
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Durante las siguientes semanas Marta se centró en sus nuevas tareas. La labor de secretaria consistía en mantener la agenda de Richard y hacer resumen de sus actividades. También, con frecuencia, hacía de psicóloga, escuchando los problemas y ...