Qué fácil entró, veremos cómo sale
Fecha: 02/12/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
—“Jacinto, qué susto, qué hacés acá con esa pistola.”
—“Raúl, estoy en mi casa; yo te debo preguntar qué hacés aquí desnudo.”
A esta instancia llegué al cabo de un tiempo de acumulación de detalles que aisladamente nada dicen, pero reunidos e hilvanados me llevaron a prestar atención y analizar el comportamiento de mi señora, Selene, con la cual llevo diez años de matrimonio sin tener hijos. Ella es una mujer atractiva, empleada comercial, que cuando la conocí a sus veintidós años me atrajo más fácilmente que un electroimán a un alfiler. Para un hombre de treinta y dos era un bocado más que apetecible.
Mi esposa tiene una hermana casada dos años mayor, también sin hijos, siendo su única parentela. El contacto era frecuente entre las dos mujeres mientras yo trataba de espaciar las oportunidades, porque con Luis, esposo de mi cuñada, muy pocas cosas compartía.
Mi concuñado es un pelotudo importante. Intelectualmente muy básico, lo único que mueve su voluntad es la obtención de placer, en forma de comida, bebida o sexo. Fuera de eso su mayor esfuerzo es concurrir a la dependencia municipal en horario laboral, que siempre es reducido pues ocupaciones urgentes lo obligan a retirarse antes de su conclusión. En ese trabajo muy bien remunerado, conseguido por su padre mediante amistades políticas, disfruta una sola vez al mes cuando le toca de firmar el recibo de haberes, lo que significa que en la caja de ahorro le han acreditado el dinero.
Mi cuñada es una buena ...
... mujer que, por proximidad se contagió, primero adaptándose y luego asumiendo la misma postura vital de su marido. Hoy ambos enfocan la vida de la misma manera.
Hará unos cuatro meses los contactos de Selene con su hermana se intensificaron telefónicamente y por visitas de la menor a la casa de la mayor, incluyendo cenas, que cuando yo esquivaba, ella iba sola. En una de esas reuniones, a la que no fui, se produjo el primer episodio poco común. Esa noche regresó cuando estaba dormido, tanto que ni la sentí. Al despertarme por la mañana me llamó la atención el olor a cigarrillo que traía en su ropa, puesta sobre la silla. A mi pregunta contestó que después de comer habían ido a una confitería a tomar algo y a eso se debía.
La próxima semana la acompañé a cenar y la reunión terminó en el horario habitual. Lo único llamativo fue una conversación en voz baja de Luis con Selene cuando fueron a la cocina llevando la vajilla usada.
Pensando que lo mejor es curar en salud y convencido de no aceptar una infidelidad, decidí recordarle mi postura sobre el tema inventando una conversación entre amigos, en la cual uno dijo que mientras fuera algo ocasional y sin comprometer los sentimientos aceptaría que su mujer estuviera con otro. Yo, por el contrario, fijé mi posición diciendo que no estaba dispuesto a compartir nada, y que si mi esposa deseaba intimar con otro hombre no iba a oponerme, pero primero debía avisar y cortar la relación actual. No es ilógico que pueda darse una ...