Como la coge rico
Fecha: 17/12/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... emprendimos la caminata hacia el lugar. Y allá llegamos. Aron calle 13 se llamaba. No era nada espectacular, pero tampoco era un antro. Estaba bien. Nos acomodamos, pedimos unos cocteles y nos quedamos charlando, con la excusa de escuchar música.
La música se escuchaba bien y había un buen ambiente en el lugar, que disponía de una pequeña pista de baile y, de manera inevitable, después de haber bebido unos dos o tres cocteles, nuestro amigo, quizá ansioso en hacerle la vuelta a mi mujer, la invitó a bailar. Ella no lo rechazó. Por el contrario, se mostró muy entusiasmada con el ofrecimiento y bastante animada salió a bailar con él. Sonaba música bailable, de manera que aquellos, mi mujer y su parejo, salieron a azotar baldosa, como se dice en mi país, con mucha energía.
Tanta energía estaban derrochando que, después de tres o cuatro tandas, regresaron a la mesa agitados y sudorosos. Mi esposa, cosa rara, no mas sentarse, apuró la bebida que encontró a la mano, sin reparar en qué clase de trago era. Yo había pedido ron blanco y sus acompañamientos, de modo que eso fue lo que llegó a beber. Ella estaba, por decirlo de algún modo, estimulada con el ambiente y con el parejo, pero nada de eso se había previsto. Todo surgía en el momento y dependía de todos lo que fuera a suceder; de ella, principalmente, de su parejo, haciendo de todo para excitarla y de mí, para colaborar con mi consentimiento para que la aventura continuara.
Voy un momentico al baño, dijo ella, y, ...
... tomando su cartera se levantó a buscar su ubicación. El señalo en una dirección y le dijo, los baños que dan por allá. Y nos quedamos ambos viendo cómo ella avanzaba hasta llegar a su destino. Patrón, yo ya estoy que me como a su mujer, me dijo. ¿Le parece si le propongo? Ella ya se dio cuenta cómo está mi herramienta. No, respondí. Esperemos que ella sea quien lo proponga. Por lo visto esta bien motivada y no dudo, incluso, que cuando regrese nos diga que vayamos a otro sitio. Pero si no es así, y salen a bailar otra vez, trátela con cariño, acaricie sus senos con delicadeza y esperemos a ver qué pasa. Si quiere que esto continúe, tiene que ir con calma. Bueno, patrón, me respondió.
Ella llego renovada, peinada y maquillada. Se sentó nuevamente y, pasados unos segundos, le dijo a nuestro invitado, tienes ganas de bailar otro ratico. Claro que sí, respondió él y, levantándose, la tomó de la mano y se dirigieron hacia la pista de baile. El hombre me guiñó el ojo cuando se alejaban. ¡Yo veré! le dije. Tranquilo, no lo voy a defraudar, me contestó. Y segundos después ya estaban bailando de nuevo, alborotados a cuál más, pues la música bailable, merengue, daba para eso. Y allí estuvieron entretenidos casi una hora más. Llegué a pensar, incluso, que la situación no iba a pasar de ahí. Y, paciente, esperé.
Cuando regresaron de nuevo, se acomodaron en la mesa. Esta buena la música ¿no? Apuntó mi mujer. Si, respondió él. ¿Quiere seguir bailando? No, dijo ella. Ya es algo tarde, ...