Eva y el vagabundo
Fecha: 10/01/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Usuario720, Fuente: CuentoRelatos
... unos embistes más ella empezó a gritar -¡Aaahh! ¡Aaayy! Ten piedad de mi culo, ¡me duele! ¡Ya no aguanto más!
El sujeto lanzó una carcajada - ¡¿A quién crees que engañas?! ¡Siento muy bien que té está gustando, si me pides que te suelte es para calentarme y que té de más duro! -. Y aceleró su ritmo más aún.
Ella se mordió los labios para ahogar un gemido. La bella melena rubia cubría su rostro, sus enormes tetas bamboleaban rítmicamente con cada embestida, mientras perfectas y rotas nalgas retumbaban bajo el peso del viejo
A la rubia le habían hecho mella las burlas del viejo mendigo. El placer anal tan rico que sentía hizo que se moviera al mismo compás de la cogida brutal que recibía su cola.
Pasaron los minutos y los movimientos de ambos se mantenían sincronizados. El viejo queriendo seguir sometiendo a su hembra, tomó con una mano el sedoso cabello rubio y la jaló hacia atrás, haciendo que la rubia quedara enderezada a medias, con su espalda arqueada. Y le dijo al oído.
—¡Eres mía! ¿¡Me oyes!? ¡Mía! —mandando un enérgico empujón hacia adelante, para darle a entender que él era su dueño. Eva sintió larga extensión de carne dura y caliente llenándole las entrañas.
“¡No puede ser! Esto se siente muy, pero muy bien” se decía Eva, entregada totalmente
—¡Sííí! ¡Así! ¡No paré Papi! ¡Rómpame toda! —gritó al fin la sometida joven fuera de sí.
Sus nalgas se comían toda la robusta y larga herramienta del viejo. Le encantaba la sensación de estarse ...
... comiéndosela por su ano. Su vagina rubia segregaba muchos líquidos, mientras tenía un orgasmo tras otro.
—¿¡Te gusta que te enculen putita!? ¿¡Te gusta!? —le preguntaba el macho moviendo su pelvis hacia arriba.
—¡Sííí! —gritó ella-. ¡No paré! ¡Por favor, no paré!
—¡Eres mía, puta! ¡Dilo! —le ordenó el viejo a gritos.
—¡Sííí! ¡Soy…, soy suyaaa! —gritó Eva, totalmente convencida. Justo en ese sintió el mejor orgasmo de su vida y, como si estuvieran sincronizados, el viejo también llegó al orgasmo, eyaculando de manera abundante en el recto de la joven. Quien sintió ese líquido viscoso llenar su ano.
El satisfecho viejo, se inclinó sobre espalda de la rubia, para morder la piel a su terso cuello, chupó y volvió a morder, a fin de dejar una marca, como reclamando a la joven de su propiedad.
Eva apenas si sintió aquello. Sentía todo su cuerpo de goma, después de un breve momento, sus piernas colapsaron. Se sintió elevada por el viejo, quien entraba a la habitación para arrojarla a la cama, donde la pobre y agotada hembra quedó inconsciente.
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El hambre y el dolor la despertaron. Eva abrió los ojos para darse cuenta de que ya era más del medio día. Se encontraba aun completamente desnuda, y completamente sola, con mucho esfuerzo se levantó, sintiendo dolor en todos los músculos, así como un escozor proveniente de su ano.
Llamó al viejo, pero este ya no estaba. Notó que se había llevado consigo su cartera. El maldito no había tenido suficiente con haber saciado ...