Eva y el vagabundo
Fecha: 10/01/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Usuario720, Fuente: CuentoRelatos
... comida, mientras se relamía los labios observando las piernas de la joven.
-Será que me regala un vasito de agua y de paso me presta su baño jeje -agregó.
Eva, dudosa de dejar entrar un extraño, que además era un vagabundo, a la casa en la que ella se encontraba sola, sin embargo, deseando alargar aquella morbosa situación, le dejó entrar, diciéndole que la siguiera a la cocina para servirle un refresco. Caminó a la cocina sabiendo que el la seguía, por lo que instintivamente comenzó a menear la cola. Ella sabía que su bata de dormir era extremadamente corta, por lo que sus carnosas nalgas estaban prácticamente al desnudo para el deleite del afortunado vejete. Quien de seguro tampoco perdió detalle de que iba en tacones altos.
La deliciosa joven se estremecía al pensar que estaba sola en la casa con un viejo sucio que solo que de verdad quería como alimento era probar su suculento cuerpo.
Cuando llegaron a la cocina, Eva se dirigió al refrigerador, abriéndolo se inclinó en ángulo recto para “buscar” el refresco, se tardó en esa posición simulando que no la encontraba. Cuando por fin se dio la vuelta pude ver como el viejo sin disimulo la morboseaba ya mientras se masajeaba la entrepierna.
Eva notó que por el bulto formado ya debía tener una gran erección, pero no dijo nada, estaba muy nerviosa, pero no nerviosa de forma común y corriente, sino de esa forma que solo la excitación extrema puede provocar… estaba ansiosa.
El viejo se sentó a la mesa en la ...
... cocina y empezó a devorar la cena, sin desviar la vista de su joven y suculenta anfitriona, quien se hacía la distraída, yendo de un lado al otro de la cocina, abriendo cajones, simulando estar ocupada.
Sin embargo, de cuando en cuando veía de reojo al famélico viejo, cuyos ojos la seguían descaradamente llenos de excitación..., o mejor dicho calentura pura; ese viejo a quien se quería comer era a ella lo sabía... Y le excitaba, se sentía toda una putita calentando a un vejete rabo verde.
Pero ya venía siendo hora de acabar con esa locura, recargada sobre la barra de la cocina dándole la espalda; cerró los ojos, tratando de recobrar el control. Pero podía dejar de ser consciente que aquel viejo le miraba, generándole ideas demasiado provocativas.
-¿Hoy está solita verdad rubia? Hace rato en la mañana vi que la otra rubia se iba en el carro. -le soltó de repente el sujeto con una voz divertida.
-Si este… no…digo es algo solo de hoy. -Eva se congeló, tomada por sorpresa, al parecer el viejo estaba pendiente de ellas.
-No se preocupe mi bella, yo ando al pendiente jeje. -es más, que le parece si le hago compañía para que no se sienta tan solita jejeje.
Eva nerviosa escuchó como el viejo se levantaba de la silla y se acercaba a hacía su dirección.
- ¡Nooo! Digo, no es necesario señor, de hecho, ya me iba a dormir. -La rubia rápidamente había perdido el control de la situación.
―Lo digo por su bien güerita ―dijo el mendigo, cuya voz Eva escuchó ya a centímetros ...