1. Nunca digas de esta agua no beberé


    Fecha: 25/01/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    ... Felicia lo miró desconcertada hasta que sintió su lengua intentado enroscarse con la suya. Su primera reacción moral fue de rechazo, en cambio su cuerpo no estaba de acuerdo y sus terminaciones nerviosas se pusieron alerta dando paso a una receptividad y a una predisposición con la que su mente batalló un instante hasta que sintió como fuego unas manos que bajaban por su espalda deteniéndose en sus nalgas para presionarlas con firmeza, de tal manera que no quedase resquicio alguno entre los dos cuerpos, y de ese modo percibió su hinchazón a la altura de su sexo. Con todo ello Felicia se dejó llevar y se unió a la comida de boca en la que ambos buscaron hasta la campanilla del otro, y sin apenas preámbulos, Marcos le levantó el vestido, con la mano indagó en su entrepierna y presionó haciéndole abrir la boca deseosa. A su vez, ella llevó la suya hasta su miembro apretándolo y calibrando su envergadura.
    
    Marcos desplazó la tela del tanga a un lado y con dos dedos la penetró con brusquedad, de tal modo que empezó a follarla con una fiereza desatada en un sonoro chapoteo en el que los caldos se le iban desparramando entre las ingles. Un tercer dedo se incorporó a las sacudidas y Felicia gimió de gusto, mientras intentaba liberar el miembro con ciertas dificultades que él remedió liberando una verga deseosa de clavársele en el coño.
    
    La sentó en la mesa, abrió sus piernas de par en par, se cogió a ellas y la ensartó de un estacazo. Felicia sintió una efervescencia interior ...
    ... como si la polla que percutía en sus entrañas fuese una barra de hierro candente. Era un placer difícil de describir, y desconocía si era producto de la coca, del morbo implícito o de deseos reprimidos, y sin llegar a ninguna conclusión se corrió cogiéndose a los brazos del joven en un orgasmo tan rápido como placentero. A continuación echó la cabeza hacia atrás buscando el sostén de la mesa y respirando aceleradamente. En su lugar, Marcos le dio la vuelta colocándola sobre la mesa y contempló aquel par de nalgas que tantas veces había visualizado en sus pajas nocturnas y que ahora las tenía a su entera disposición.
    
    Le dio varios azotes para cerciorarse de que aquello era real y la volvió a penetrar.
    
    —Menudo culo, —dijo pensando en voz alta.
    
    Felicia aún no se había recuperado del orgasmo y ya estaba sintiendo el inicio de un segundo, pero una contundente nalgada hizo que se quejara, y una segunda aplicada con relativa intensidad le dejó su impronta en un tono rojizo, al tiempo que su coño engullía la polla del becario en su interior, haciendo que despareciera aquel picor provocado por los fuertes cachetes. La percusión de su becario fue ganando en pasión y virulencia con su polla entrando y saliendo del coño de su jefa, mientras ella gemía en un tono que se intensificaba en cada golpe de caderas. Sus pupilas desaparecieron detrás de sus párpados en señal de un placer desbocado y salvaje en el que ninguno de los dos se andaba con ñoñeces.
    
    Marcos la agarró del pelo y ...
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