1. Nunca digas de esta agua no beberé


    Fecha: 25/01/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    ... rededor el ambiente y pronto las palomas revolotearon en torno a él, haciéndose notar. Las más osadas se aproximaron e intentaron entablar conversación con él. Unas desistían por falta de entendimiento, otras estaban dispuestas a hacerse entender, aunque fuese a fuerza de acentuar su escote soltando botones, otras renunciaban, pues, al parecer, aquel mulato parecía no mostrar interés en mujeres, y ante su indiferencia, las moscas que revoloteaban alrededor de comida potencial desistieron en su empeño, considerando que aquel hombre tenía otros apetitos que para el sector femenino se traducía en un desperdicio de las delicias que atesoraba.
    
    Aun así, el galán no dejaba de sonreírle a una de las amigas que charlaban en una de las mesas. Todas examinaban al forastero, pese a que él sólo parecía tener ojos para la muchacha de pelo castaño y ojos azules, y cuando se dio cuenta de que todas las amigas estaban de acuerdo en que así era, ella ratificó sus observaciones. Se puso nerviosa sin entender por qué era ella presa de aquel hostigamiento visual, sin entender tampoco por qué su cuerpo le estaba mandando señales fuera de discusión.
    
    Estaba meridianamente claro que, de todas las beldades allí presentes, la muchacha de cabello castaño y ojos azules estaba en el punto de mira de aquel inalcanzable semidiós. Muchas habían merodeado a su alrededor buscando una oportunidad, y todas ellas sintieron cierta frustración, dadas sus supuestas inclinaciones, si bien, aquel moreno seductor ...
    ... le sonreía a la muchacha, manifestando por ella cierto interés, desestimándose por tanto los rumores que empezaban a pulular por el local.
    
    Iba muy elegante, pero informal. Vestía unos pantalones chinos color granate y una camisa de un blanco nuclear perfectamente planchada (con dos vueltas de manga), dibujando el contorno de su torso. Su piel morena contrastaba con el color claro de sus ojos, otorgándole el calificativo de bello, si es que a un hombre se le podía conceder tal título. Era difícil para una mujer resistirse a mirar semejante espécimen, incluso a un hombre le resultaba complicado no hacerlo, aunque sólo fuese por interés meramente llamativo, reconociendo que Dios había sido muy generoso en las dádivas que le otorgó a aquel hombre y muy cicatero con las que les concedió a otros.
    
    Las amigas animaron a la joven a acercarse a él. Las había rechazado a todas, pero todas ellas tenían claro en quien se centraba la atención del mulato de ojos claros.
    
    —Tengo novio, —dijo la muchacha.
    
    —¿Y quién no? —Si este tío me mirara a mi conforme te está mirando a ti, esta noche mi novio no podría darse la vuelta en la cama. ¿Pero tú le has visto? Si su atractivo no te convence, mira más abajo. ¡Joder tía! ¿Cómo puedes ser tan santurrona? —se quejó una de sus amigas.
    
    Después de ser espoleada por ellas reiteradas veces, la muchacha, se levantó a regañadientes. Coincidía con sus compañeras en que aquel adonis era extremadamente atractivo, si bien, continuaba sin entender ...