Divina confusión
Fecha: 14/02/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Caaquivana, Fuente: CuentoRelatos
... hubiera jurado que eras virgen por ahí, mmmm, plaft, plafr, lblblbl, que delicia, discúlpame pero que tonto es tu marido, no sabe apreciar lo exquisito, que bonito agujerito tienes, esos pliegues parecen pintados por un ángel.
-Méteme la verga ya, por favor, me estas matando a lengüetazos, ya no voy a aguantar más, aghh, yaaa.
Si, me desmadeje, el hombre me sostuvo para evitar que cayera al suelo.
-Quítate las zapatillas y súbete al sillón, así de espaldeas como estas, sube totalmente la falda, que no te de miedo yo te sostengo, así deja te chupo tu rajita y tu chúpame el nabo.
Vi la cara de Rafael, estaba con tremendos ojos, él me había comentado que esté señor tenía un pene grande, pero lo había visto en el sauna del club, ahí los hombres se ven todo, pero yo creo que con el vapor es difícil que se erecte, porque no había mencionado nada más y normalmente si lo hace, dirigí mi mirada hacía donde veía mi esposo y comprendí su cara de asombro, Argenis tenía una reatota, con una cabeza muy grande y todo el resto totalmente cruzado con venas hinchadas, yo no era experta en esa parte de los hombres, pero esto era una maravilla, el mulato se puso de pie, cargándome de la cintura, mi falda caía sobre mi pecho, me acerco a su miembro, lo tome y comencé a lamerlo, le daba besitos y lo metía a mi boca, pasaba mi lengua por toda su cabeza, le sobaba los huevos, extrañamente pequeños, sentía todo su palpitar y también sentía su rasposa lengua en mi conchita, que fuerza la ...
... de sus brazos, parecía yo una muñeca, agarrada a el con mi boca en su hermosa verga, volví a tener un orgasmo, hace tiempo que no tenía dos en un evento.
Me sentó a su lado, desabrochó la blusa y comenzó a chupar y a magrear mis tetas, mis pezones estaban hinchadísimos, yo no perdía el tiempo con mi mano jalaba la piel de su pene hacia arriba y hacia abajo, primero lento, luego de forma rápida, el no dejaba de ensalivar mis pechos.
-Dime mi reina, ¿te gusta mi verga? ¿es parecida a la de tu esposo?
-Me encanta, que vergota tienes y ¿decías que no ibas a responder? ¿Qué tengo que hacer para tenerla dentro? Métemela corazón, ah y no, mi marido la tiene bien chiquita.
-Así de espaldas a mí, siéntate en ella, así, despacio, tu la vez, yo no, ¿ya entro toda?
-No falta mucho, siento que me partes, deja meto otro poco, así, así, así, ufff, ya entro ahora sí, deja que se acostumbre un poco, ay que rico, que rico, ahora si deja me doy de sentones, que verga, que rico, de aquí no me salgo, ay, Dios mío, dios mío, estas si son cogidas no las de mi viejo, puta madre que verga tan grande, te juro que la siento en la garganta.
Entonces vi a mi patrón, bueno a mi esposo, se le notaba una fuerte erección bajo del pantalón, se veía muy excitado, parece que el enfado había quedado atrás, y si no, ya no me importaba, que bueno que me confundieron con la sirvienta, yo estaba gozando como nunca, si como nunca lo había hecho.
-Ahora voltea cosita, siéntate otra vez, ya entro ...