La mamá de Joaquín, Cap 7 (Final)
Fecha: 22/03/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... miraba la pelea a unos metros de ellos.
Pantera no le hace el menor caso. El filo del metal brilla bajo el sol de diciembre.
Pero el hombre tatuado comete un grave error. Quiso disfrutar de ver la expresión de miedo del muchacho petiso al vislumbrar su inminente muerte. Pero tarda más de lo que la prudencia lo indica.
—¡Guarda pantera! — gritan sus secuaces al unísono.
Pantera recibe un fuerte golpe en la cabeza. Su navaja cae al piso. No sabe qué fue lo que le pegó, porque todo a su alrededor se mueve y se ve borroso. El objeto en cuestión cae dos veces más sobre él, dándole en la espalda y el hombro. Sus secuaces sueltan a su presa, para encararse contra el nuevo enemigo.
Se trata de un muchacho que parece aún más joven que el morocho petiso. Es rubio, lleva el pelo peinado a un costado, y pareciera que su presencia en esos lugares es un error de la naturaleza, porque contrasta violentamente con la fisionomía de la mayoría de los habitantes.
El chico rubio levanta el palo de madera para defenderse de los otros dos. Pero antes de que estos lleguen a él, cuatro chicos más cruzan Calderón de la Barca para invadir Laferrere.
Un gordito de cara redonda, que parece reacio a estar ahí, aún así se para al lado de su amigo para enfrentar a los adultos. Otro muchacho con gorra insulta a los rivales desconocidos.
—Eh Pitu ¿Estás bien? —dijo otro de los muchachos, dirigiéndose al morocho petiso.
Pitu se levanta, dolorido e iracundo. Pero pantera también se ...
... recompone.
Entonces empieza la batalla campal.
Gritos de insultos se levantan en la tarde calurosa. Los nueve cuerpos se entremezclan y se enredan. Los adultos son menos, pero tienen una clara ventaja tanto en lo físico como en experiencia. Sólo Pitu pelea de igual a igual contra sus enemigos. Pero enseguida se agota de tanto repartir trompadas por todas partes. los otros cinco hacen lo que pueden, pero los golpes de sus rivales son dañinos y mordaces. Los cinco son empujados hacia la calle. El tráfico se detiene, los automovilistas tocan bocinas e insultan, indignados, a los revoltosos.
La pelea parece a punto de concluir. Los chicos están heridos. Sus caras sangrantes y sus músculos doloridos. Pero como en el fútbol, estas cosas tienen resultados impredecibles. Nuevos actores se suman al show.
—Los del turno tarde. —dice el gordito de cara redonda.
Se trata de ocho muchachos. Al frente va el evidente líder, un gordo mastodóntico. Detrás de él un flaco alto de pelo pajoso.
—¿Qué hacemos Mauri? —le pregunta este último al gordo.
De repente la pelea se detiene. Ambos grupos están expectantes ante la actitud de los recién llegados.
—Vení Mauri, vamos a darle al boludo este. —dice Pantera, señalando con la mirada a Pitu.
—¿Qué te pensás, que soy tu mulo? —desafía Mauri. —Cuando quiera pelear con él, me le paro de mano yo solo. Pero vos no me vas a joder más. —dice el muchacho regordete.
A pesar de ser muy joven, tiene una determinación que pocos ...