La mamá de Joaquín, Cap 7 (Final)
Fecha: 22/03/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... recibirme.
Agustina no estaba. Me tapé la cara y me largué a llorar. Agus no estaba.
No había nada que hacer. Como me había dicho mamá cuando falleció papá, “hay que aprender a vivir sin el otro, hay que saber soltar, eso es madurar”.
Iba a volver a casa, pero pensé que no serviría de mucho ir así como estaba. Mamá se preocuparía.
Me quedé caminando por el centro de Catán. Me crucé con algunos de mis compañeros, quienes me invitaron a que vaya con ellos al boliche, pero los rechacé. Finalmente decidí hacer lo que había planeado desde un principio. Me fui para lo de Ramoncito, para ver unas pelis y charlar durante toda la madrugada con él y con Fabri.
Esperé a que se me vaya un poco la cara de culo y fui para allá.
Fue una linda noche, en la que logré despejar mi cabeza, y olvidarme de mis problemas durante algunas horas.
Baljack
Estamos a finales del dos mil dos. La crisis económica y social que comenzó a gestarse en las décadas anteriores, y que explotó el año pasado, todavía hace estragos en el país.
La gente se muestra con miradas carentes de esperanza y preocupación creciente. No sólo tienen que lidiar con el penoso presente, peor aún, deben convivir con la incertidumbre de un futuro imposible de descifrar. Sólo los más jóvenes pintan de color el paisaje lúgubre.
Ahora vamos a un punto concreto. Un punto aglomerado, dominado por la ira creciente. La calle Calderón de la Barca se abre como una herida gris entre dos barrios llenos de ...
... cicatrices: González Catán y Laferrere.
Muchos no lo saben, y a muy pocos les importa, pero esa calle separa a un barrio del otro. Con sólo cruzarse a la otra vereda, uno se encuentra al otro lado del abismo.
El creciente desempleo hizo que muchas personas buscaran ingresos de todas las maneras posibles. Mujeres, antes respetadas, se vieron obligadas a prostituirse. Chicos de catorce o quince años estaban forzados a trabajar en empleos mal pagados para colaborar con sus padres desempleados.
Otros tantos se vieron tentados a pasarse al lado de la ilegalidad. Este es el caso del individuo que ahora está al costado de Calderón de la Barca, del lado de Laferrere. Es un hombre joven, con mirada oscura. Usa una remera negra y un pantalón y chaleco de jean. Sus brazos musculosos están completamente tatuados. En ellos hay dibujos tribales, nombres, números, y en su muñeca cinco puntos negros. Cuatro de ellos rodean al quinto, el cual está justo en el centro. Su pelo abundante está peinado hacia atrás.
Está parado al lado de una moto enorme, que parece nueva. En su bolsillo guarda la cocaína que piensa vender en unos minutos. Y en el otro bolsillo lleva una navaja, pequeña pero afilada. En otros lugares y otros horarios llevaría un arma de fuego. Pero a plena luz del día le basta con su arma blanca, imperceptible y letal.
Un auto se para frente a él. El hombre de tatuajes le entrega la mercancía y recibe el pago. Se acomoda en la moto, dispuesto a irse. Pero ve a alguien ...