1. Nuestro primer e inesperado trío (parte 2)


    Fecha: 29/03/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: MarcoAntonio94, Fuente: CuentoRelatos

    ... su mandíbula cansada, le daba un increíble sexo oral. Tenía los senos de fuera y a Fernando metiendo la mano bajo su falda.
    
    Ana escupió a la polla de Fernando, se despojó de su ropa interior, se volteó, levantó su pierna izquierda, se escupió sobre la mano y humectó su concha.
    
    - Dale – dijo.
    
    Fernando la tomó de la pierna y comenzó a follarla. Los gemidos de mi esposa decían que lo disfrutaba, pero no del todo. Al cabo de un par de minutos volvió a moverse
    
    - No me acomodo así, a ver – se sentó sobre Fernando y comenzaron los sentones – Mmhhh mucho mejor.
    
    Fernando, quien pensaba que no follaría más ese día, disfrutaba cada sentón nalgueando el delicioso culo de mi mujer. Ella gemía y se agarraba con fuerza el asiento delantero.
    
    - Marco busca un lugar donde podamos detenernos y hacerlo – dijo Ana entre jadeos – donde no nos vean.
    
    De inmediato comencé a buscar tal lugar, la zorrita de mi esposa me lo pedía y mi polla, que ya no cabía en mi pantalón, me lo imploraba a gritos.
    
    A los cinco minutos encontré un camino de tierra que salía de la carretera. No sabía a dónde llevaba, pero lo tomé porque había unos árboles bastante frondosos que nos ocultarían de la carretera. Lo tomé, apagué las luces y detuve el auto en la arbolada.
    
    Al fin pude voltear a verlos, gracias a la iluminación interna del coche pude apreciar la escena. Mi esposa tenía sus senos de fuera y le daba sentones a Fernando, que tenía los pantalones abajo.
    
    - Pásate de este lado – me dijo ...
    ... ella, indicando su lado derecho, donde estaba la puerta.
    
    Salí del coche, abrí la puerta y desenfundé. Ella tomó mi polla con su mano derecha y trató de llevársela a la boca, pero la posición lo hacía difícil.
    
    - Fernando, dame de a perrito, para que pueda mamársela a mi esposo – dijo Ana entre jadeos.
    
    Ambos cambiaron de pose. Fernando se puso de rodillas, como pudo, en el asiento trasero y volvió a penetrarla. Ana, en cuatro patas, acercó su cabeza a mí y devoró mi verga entre sus labios. Yo estaba de pie, vigilando que nadie viniera, pero era muy difícil con el delicioso sexo oral que mi mujer me daba.
    
    Succionaba mi polla con fuerza y masajeaba mis bolas, si yo pensaba que mi mujer estaba cansada, me había equivocado. La ninfómana que lleva dentro volvió a aflorar y sus gemidos lo demostraban.
    
    - ¿Podemos cambiar? – dijo Fernando después de unos minutos – me gusta mucho pero aquí no me acomodo.
    
    - Ya sé, hagamos esto – Ana nos indicó la nueva pose. Los coches y camiones pasaban muy cerca de nosotros, pero no nos veían y lograban ver algo, era el coche de lado en medio de los árboles.
    
    Fernando se sentó en medio del asiento trasero, Ana se giró, poniendo sus rodillas al borde del asiento, dándome la oportunidad de jugar con su culo y dándole ese fenomenal sexo oral a Fernando, que la tenía sujeta del cabello y jugaba con sus tetas.
    
    Levanté la falda de Ana y ahí estaba su redondo culo. Escupí sobre él y me ensalivé la verga, no era necesario, pero a ella y a ...
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