1. Un culito de ensueño


    Fecha: 19/10/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... despertó el rumor apagado de un llanto. Salté de la cama y manoteé una bermuda, me puse una camisa y, descalzo, subí la escalera toqué la puerta del departamentito de Yomairis.
    
    La muchacha estaba despierta, tenía puesta la camiseta de Taz Mania.
    
    -Mami está un poco dolorida- dijo.
    
    -¿No le diste un calmante?
    
    -Yo… iba a comprarlo hoy pero…
    
    -Dime qué calmante es…
    
    -No… no se apure yo…
    
    -Yomairis- dije contrariado – si no tienes dinero no te preocupes, dame la receta, después lo resolvemos, pero no puedes dejar así a tu tía, mira ¿tienes tu celular?
    
    -Sí.
    
    -Pide un taxi y vamos a buscar una farmacia.
    
    La escuché discutir con su tía y estuve a punto de intevenir pero finalmente apareció, cambiada, se había puesto pantalones y zapatos, un suéter y trajo el celular.
    
    Llegamos a una farmacia en la avenida Charles de Gaulle y compramos dos cajas del medicamento. Le agregamos un té de jengibre y porciones de arepa que vendía una morena en una parada de autobuses de transporte público. La mujer, cuyo nombre conocí en ese momento, se llamaba Dumelia, se tomó dos comprimidos y volvió a dormirse.
    
    Bajé a mi casa y me di una ducha helada, caminé mojado, envuelto en una toalla y me dejé caer sobre la cama. Supongo que en algún momento me quedé dormido porque desperté sin la toalla, con una erección de como cuando tenía veinte años. En ese momento tocaron a la puerta.
    
    -Soy yo, le traje café.
    
    -Un momentito.
    
    Me puse un pantalón arrugado y abrí.
    
    La cara ...
    ... de Yomairis denotaba preocupación y angustia.
    
    -Pasa, tengo que hablar contigo.
    
    Obedeció como una niña. Eso me conmovió.
    
    -Cuéntame- ordené casi.
    
    -No… yo… no sé si…
    
    -Mira, vayamos al grano, tu tía necesita dinero ¿verdad?
    
    -Bueno, sí… es que… en estos días tiene que llegarnos un envío de mi hermano que vive en Nueva York, tía gastó el dinero que nos quedaba porque mi hermano nunca pasa de esta fecha, pero ya van dos días y no logro comunicarme con él, mire, no es un problema tan grave, porque mi padre también me manda una remesa, pero yo no quiero molestarlo ahora.
    
    -Está bien, no te preocupes, mira, toma esto, dije y le pasé dos billetes de mil pesos. No te preocupes por…
    
    -Ay, no, es mucho dinero, usted ya hizo mucho por nosotras no…
    
    -Mira, niña, déjate de vainas, tú me lo devuelves cuando llegue esa remesa de tu hermano, o me lo devuelves de a poco… vete- dije y la saqué del departamento casi a empujones.
    
    Esa noche Yomairis vino a verme.
    
    -Mi tía le manda esto- dijo y me entregó cuatro billetes de 500 pesos. La remesa de José, de mi hermano, llegó esta tarde, yo… las dos le estamos muy agradecidas- dijo y se me quedó mirando. Sus ojos enormes se me antojaron transparentes pese a la oscuridad. No sabía qué decir, esa mirada me estaba embobando tanto que cerré los ojos, ella me besó en la mejilla y yo permanecí de pie, casi como una estatua, pensé que se iría pero no se fue, continuó besándome y entre el tercero o cuarto beso la tomé en mis brazos y ...
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