1. Infidelidad en Nochebuena


    Fecha: 06/04/2024, Categorías: Infidelidad Autor: CVerarde, Fuente: CuentoRelatos

    ... para adorarnos nuestros cuerpos, para reconocernos la piel. «El tiempo apremia». Así que fuimos a lo nuestro, antes de que alguien nos buscara; antes de que alguno de los dos se arrepintiera (como si acaso hubiese sido posible).
    
    —¿Quieres saber a qué saben las putas? —me preguntó sonriente—. Saben a esto…
    
    Al mismo tiempo que clavaba su verga sobre mi estrecho coñito, se tendió completamente sobre mí, a fin de darme su boca y hacerme probar los restos de mis propios fluidos vaginales.
    
    El aroma de mis caldos, la estocada de su falo, y la contracción de mi útero al sentirlo tan adentro me hicieron temblar y sollozar de satisfacción.
    
    —¡Aaaahhh!
    
    —¡Shhh! —me advirtió mi macho, acallando mi sollozo devorándome la boca.
    
    Rodee mis piernas sobre su torso e hice por impulsarlo hacia mí.
    
    —¡Qué rico… por Dios… Aníbal… qué rico se siente…!
    
    Sus embestidas eran tan certeras, tan hondas, tan colmadas de carne, que el hormigueo de vulva se esparció por todo mi cuerpo.
    
    —¡Absórbelo, putita… absorbe mi verga hasta tus entrañas así como sabes hacerlo! ¡Ufff… Livia Drusila…! ¡Después de ella… nuca sentí un coño tan estrecho como el tuyo…!
    
    —¿Ella…? ¿Cuál ella…?
    
    —¡Ohhhh!
    
    —¡Ahhhh!
    
    En la mesa del comedor, alguien seguía cantando villancicos; Raquel seguramente estaba repartiendo las hojas de cánticos para que la espera de los vinos fuera menor, y Jorge y Renata debían de estar conversando sobre sus ridículas infancias juntos.
    
    Mientras tanto, en el interior de ...
    ... la vinatera, con un hombre protegiendo la entrada, estaba yo en una nueva posición; yaciendo de pie sobre mis tacones, con las piernas medio separadas, el largo de mi vestido enroscado a mis caderas, con mis antebrazos apoyados sobre la encimera de la barra, junto a las cuatro botellas de lambrusco que Aníbal acababa de bajar, y con mis abultadas nalgas agitándose sobre el pollón de Aníbal, que, tras servir una copa de vino para los dos, se disponía a volvérmela a meter.
    
    —Brindemos —me dijo sonriendo, dándome de beber—, porque somos unos hijos de puta.
    
    Y luego clavó su falo entre mi acuosa caverna de carne, volviéndome a dilatar el coñito con su circunferencia, en tanto sus dedos hurgaban entre mis cabellos, a la altura de la nuca. Y ladeó mi cabeza hacia él, que se acercó hacia mí, de manera que mi boca y la suya se encontraron a fin de compartir el vino que aún almacenaba mi boca. Nuestras lenguas nadaron entre las burbujas espumosas del lambrusco al mismo tiempo que sus caderas se impulsaban hacia atrás y hacia delante, metiéndome su falo y sacándomelo, a veces, lento, a veces fuerte, en medio de un estado de ardentía que me tenía sometida al placer.
    
    El vino resbaló por mi esófago al mismo tiempo que su verga resbalaba por mi útero.
    
    —¡Ouughh! —jadee.
    
    Aníbal metió su mano a mi vestido, y sacó por el costado mi pecho izquierdo, el cual dejó desnudo, pesado, con su pezón erecto colgando sobre el aire, mientras atrincaba el escote entre el canalillo para evitar ...
«12...121314...17»