1. Infidelidad en Nochebuena


    Fecha: 06/04/2024, Categorías: Infidelidad Autor: CVerarde, Fuente: CuentoRelatos

    ... caballero recto y honorable que no se cansaba de mostrar—, y eso que no lo he visto sin ese abrigo.
    
    —Buenas noches, señor Abascal —le dije nerviosa, aspirando su aroma a macho, desprovista de valía, pero simulando aplomo y forzando una conversación diplomática—, usted también… esta noche… luce… muy elegante y apuesto. —Y le sonreí con la mayor naturalidad del mundo, como si no me hubiera comido su verga dos días atrás y como si él no me hubiese follado tres veces esa noche como a una perra en celo.
    
    E hice lo posible por retroceder y volver con mi novio, cuando logré recuperarlo, y quien de vez en cuando me miraba amoroso, dándome besitos en la mejilla, presumiéndome con orgullo ante las amistades de su familia, mientras yo me enfrentaba al arrepentimiento, que no cesaba de atormentarme.
    
    —¿Es mi impresión? —me susurró mi novio—, ¿o estás algo tensa, Livy?
    
    —Es… por el frío —mentí con una sonrisa, pues en realidad estaba caliente. Nerviosa y caliente. Asustada y caliente. Arrepentida y caliente.
    
    ¡Vida mía!
    
    Y es que yo creí tenerlo todo controlado, me creía capaz de terminar de tajo todo lo que había comenzado de forma tan abrupta.
    
    Pero con Aníbal cerca, la conciencia se me escaba entre los dedos, y justificaba mi culpa diciéndome que Jorge había tenido antes de mí otras novias y parejas sexuales con las que había experimentado.
    
    En cambio yo… nunca tuve otro hombre aparte de él, con quien incluso perdí mi virginidad. Nunca antes había tenido otro ...
    ... hombre entre mis piernas. Nunca antes me había pasado por la cabeza serle infiel, hasta que apareció su cuñado… y todo se desmadró.
    
    —¿Esa es la novia de tu hermano? —oí de lejos que le día una mujer a mi cuñada.
    
    —Es sólo una amiguilla, querida, tú ya sabes, de esas que van de paso.
    
    Rabié con odio al comentario de Raquel, sobre todo porque Jorge no dijo nada aun si también había escuchado el insulto. Y así, enfadada, de manera unilateral me sentí con derecho a explorar mi sexualidad con otros hombres, pero sin perder a mi pareja. Qué ilusa, ¿no? Pretender ir de guarra por el mundo, hasta saciarme de pollas, y a la vez creer tener el derecho de tener un amoroso novio que me esperase en casa para darme el amor que las experiencias sexuales no me ofrecerían.
    
    —Jorge —dijo de nuevo su hermana—, ¿querrías acompañar a Renatita por su abrigo? Alcánzala, se ha ido sola al estacionamiento. La muy descuidada lo dejó en su coche, y con este frío… anda, mi vida, sé un caballerito, como te he criado. Seguro que tu noviecita no se opondrá, ¿verdad?
    
    No dije nada. Solté a Jorge de mi brazo y él, disculpándose con la mirada, resignado, me dio un beso en la mejilla y fue tras la estúpida de «Renatita»
    
    Y allí sola, en medio de tanta gentuza, tuve miedo de que Aníbal se acercara para acecharme. Pero… por fortuna, era un hombre inteligente, y no iba a dar pasos en falsos ni se iba ni me iba a exponer. A ninguno de los dos nos convenía. Menos a él, que tenía una carrera política muy ...
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