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Las apariencias engañan (1)
Fecha: 11/04/2024, Categorías: Hetero Autor: El otro yo, Fuente: CuentoRelatos
... corriendo a mi departamento a dejar todo limpio y ordenado. Acababa de terminar de vestirme cuando escuché el timbre. Tenía puesta la ropa con la que iba a trabajar. Nos besamos con las ganas contenidas de una semana sin estar juntos. Después de siete días de masturbarme a diario con ella quería además tenerla en directo cuanto antes. Sus planes sin embargo eran otros; me pidió pasar al baño para poder cambiarse. Le serví una cerveza y agarré otra para mi mientras la esperaba. Salió con un top ajustado rosado, que dejaba su ombligo a la vista, y un pantalón blanco. Casi me atraganto y se me salen los ojos cuando la vi. - ¿Estoy linda? – preguntó mordiéndose una uña y poniendo voz inocente. - Uf –alcancé a decir – linda se queda corto - Gracias – Se acercó a paso firme y me besó – Me gustaron mucho tus regalos – Se me iluminó la cara, sabiendo lo que eso significaba – sentate – ordenó empujándome despacio hacia el sillón- y disfrutá. Se paró a un metro de mí y me dio la espalda. Empezó a menear su cola. Mis ojos la seguían hipnóticos. Giró su cabeza, asegurándose que estaba mirando donde ella quería y que a mi pene también le agradaba el espectáculo. Sonrió antes de darse vuelta para desabrochar el pantalón. - Decime – preguntó volviendo a mirarme - ¿qué te imaginabas cuando pensabas en mi ropa interior o en mi culo? - Me imaginaba – contesté sin pensarlo – agachado detrás tuyo besando tu cola – mi corazón se aceleró, pero no podía dejar de confesarle mis ...
... fantasías – que me agarrabas la cabeza y empezabas a gemir, mientras metía más y más la lengua entre tus nalgas… - Elegí bien entonces – me interrumpió bajándose el pantalón y mostrándome que traía el tanga que le había regalado. Me arrodillé con cuidado detrás suyo y la tomé con delicadeza de la cintura. Di un beso en la parte baja de su espalda y sin separar mis labios bajé a su cachete izquierdo. Mordisqueé despacio, escuchando el primer gemido de aprobación de Analía. Seguí mordiendo, besando y chupando mientras recorría esa parte de su cuerpo que tantas veces había imaginado en los últimos días. Analía gemía cada vez más agitada. En un momento corrió su bombacha a la derecha. Interpretando la señal fui llevando mis labios hacia su rayita. A medida que me acercaba el olor de su excitación era más fuerte y me estimulaba a seguir. Mordí suavemente el punto donde su espalda y sus dos nalgas se unen. Después separé los cachetes con mis manos. Mis dientes apretaban cada vez más adentro. Ella ronroneaba de placer. De a poco empecé a introducir mi lengua. En ese momento me tomó de la cabeza y empujó hacia adentro. Mi pene ya estaba muy duro y había dejado escapar unas gotas de líquido pre seminal. Yo la lamía cada vez más íntimamente y a mayor velocidad, lo que aumentaba sus gemidos. “Ufff”. El grito escapó de entre sus labios cuando mi lengua rozó su ano. Eso me estimuló a intentar meterla más. Mientras tanto Analía empezó a rozarse sobre su tanga. Antes que pudiera ...