1. Disfrutando de un vecino mirón junto a mi sumiso


    Fecha: 09/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... Estaba agotada. Entre Ulf y los veinte minutos que estuve sodomizándote, me había quedado sin fuerzas, así que miré a nuestro invitado y acercándole un condón, le señalé tu culo.
    
    Entendió perfectamente y después de colocárselo, comenzó a follarte. Tus gemidos de dolor se escuchaban en toda la casa, y para humillarte más, abrí las ventanas de la habitación para que también la urbanización te escuchara gemir. Zorra estúpida. Merecías no poder sentarte en unos días. Ulf siguió follándote un buen rato, y agarrándote de las caderas, se apoyó en tu espalda y se corrió dentro de ti. Ambos estabais sudando, y yo estaba satisfecha y muy excitada. Le quité el condón, hice otro nudo y después de quitarte la mordaza, lo coloqué al lado del otro. Después te puse una máscara negra de látex y cerré la cremallera de los ojos y la boca. Te agarré con violencia y te até a las patas de la mesa.
    
    El resto de la tarde no paré de follar con Ulf, que se comportó como un auténtico toro y me dio mucho más placer del que esperaba. Cada vez que se corría, volvía a anudar el condón y a depositarlo en tu boca, abriendo y cerrando la cremallera de la máscara. Tú no te moviste del suelo, y ...
    ... pude sentir perfectamente tu rabia y frustración a través de la máscara, con todos los condones en la boca.
    
    Cerca de las diez de la noche, despedí al vecino y fui a darme una ducha. Necesitaba calmarme un poco y reordenar mis ideas. Estaba molesta contigo, pero también me había excitado muchísimo tu prepotencia y orgullo. Me gustas tanto…
    
    Al salir de la ducha estaba más animada. Había disfrutado mucho de una tarde de sexo. Me había corrido decenas de veces, y estaba segura de que habías aprendido la lección, así que te quité la máscara y retiré seis condones de tu boca. Después de hacerlo te desaté y cogiéndote de la mano te hice poner de pie. Nos besamos. Un beso dulce. Un beso de redención. De agradecimiento. Entonces, te escuché:
    
    “Lo siento, mi amor. Me he comportado como un imbécil”
    
    “No cariño, no te preocupes… en todo caso, te has comportado como mi imbécil. He disfrutado mucho humillándote. ¿Estás bien, preciosa?”
    
    “Sí, Lai. Lo siento, preciosa. Lo siento mucho”
    
    Y quitándole importancia sonreíste y me llevaste a la ducha. Nos duchamos juntos y después de ver algo en la tele, nos fuimos a dormir. Esa noche dormiste a mi lado. Te lo habías ganado. 
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