1. La playa desconocida


    Fecha: 10/05/2024, Categorías: Incesto Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos

    ... manos y la acomoda afuera de la camilla, me queda la cabeza colgada en un extremo.
    
    Primero fue el hombre mayor y luego siguieron los otros, empezaron a pasar uno por uno con sus penes erectos a meterlos en mi boca, prácticamente me violaban por la boca. El abuelo tenía un pene gordo y flácido, lo sacudió varias veces en mi boca y luego lo saco. Después siguió uno con un pene más fino pero duro, ese sí acabó en mi boca, el gusto del semen era diferente al de mi hijo, luego siguieron varios y todos acababan en mi boca. Creo que era el quinto o sexto, que tenía un pene enorme, entró con dificultad en mi boca casi empujando con violencia, sentía que llegaba a mi garganta y cuando lo hizo un golpe de semen me hizo alejarlo porque me ahogo, sentí como pasó el semen a mi nariz. Me volvieron a acomodar y siguieron desfilando hasta que terminé de chupar y tragar todos los penes.
    
    Cuando terminaron, todos hablaban entre ellos y reían, veo como se acerca Elsa con una gran sonrisa de la mano de mi hijo. Agustín venia con su pene flácido y largo oscilando a cada paso, también traía una sonrisa de satisfacción.
    
    -Bueno, chicos, ahora es su turno, ya somos una familia, ¡cojan!
    
    Agustín se acerca y me toma de la mano, me da un beso en la boca y me dice que me ...
    ... ponga en cuatro patas en la arena, tenía el pene erecto, muy colorado, casi morado. Ya estaba en cuatro y me hunde su cara en el culo, me lo empieza a chupar por casi dos minutos hasta que se detiene y me empieza a penetrar por el culo, pego un pequeño gemido de dolor y empieza a bombear con fuerza, todo el acto acompañado por el grito de aliento de nuestros nuevos amigos. Mientras mi hijo me daba por el culo, Elsa se pone delante de mí en la misma posición y me ofrece el culo, no lo dudo, meto mi cara entre sus nalgas, respiro su olor mientras le chupo el ano con desesperación, parecía poseída.
    
    No podía creer que ese día y en unas pocas horas pasamos a ser una especie de objeto de exhibición para el placer de unos desconocidos, que pasamos a disfrutar de ese placer, que nos gustaba ser parte de eso, era toda una locura, somos madre e hijo, pero no lo podíamos evitar, era como si hubiéramos pasado un portal del cual no podíamos regresar. Tal vez estábamos en el infierno y nos gustaba.
    
    Cuando mi hijo acaba con mi culo, alejo la cara del culo de Elsa, miro a nuestro alrededor y todo era una orgía, era todos contra todos y nosotros ya éramos parte de ese todo.
    
    Y sí, todos sabían que éramos madre e hijo, los únicos que no lo sabíamos éramos nosotros. 
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