Una traición que cambió mi vida
Fecha: 11/05/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... final le consiguió un periodo de prueba a papa, lo paso holgadamente y tener la mente ocupada hizo que su humor mejorara y por ende el de los demás. Cada día me encontraba más a gusto al lado de ese hombre, mi padre lo llamaba amor y se reía, amor, si hombre yo no me había enamorado en mi vida.
Todo cambio cuando me invito a cenar, era viernes y mi padre había quedado con sus amigos para jugar al póquer en casa, más bien para hacerse trampas los unos a los otros, yo me puse de gala. Tanto fue así que todos los que estaban en la mesa con las cartas en la mano, dejaron lo que estaban haciendo para decirme lo guapa que iba.
Cando Víctor paso a recogerme, papa lo hizo pasar para presentárselo a sus amigos, todos le amenazaron en tono de broma, Victos se lo tomo a bien y terminaron riéndose. Me llevo a un restaurante que regentaba una tía suya. El restaurante no era muy grande, pero que mano tenía esa mujer para cocinar, deje los platos que no hacían falta ni fregarlos. Víctor se pasó toda la velada riéndose y eso me hizo muy feliz, después para bajar la comida me lo llevé a un local de moda a bailar.
En ese local me encontré con todos mis amigos, desde que ocurrió lo de papa que no nos habíamos visto en persona, hablaba con ellos por teléfono. Pude notar que Víctor hizo buenas migas con las chicas, el problema vino con los chicos. Fue verlo a él y todos cambiaron su expresión, eso me molesto mucho.
• ¿Quién es este? – pregunto uno de mis ex follamigos.
• Mi novio ...
... – me salió tan natural que me ruborice y todo.
Lo oyeron todos, las chicas nos felicitaron, pero los chicos decidieron mirar de mala manera a Víctor e ir a la barra a pedir algo, ese comportamiento me avergonzó. Me despedí de las chicas y cogiendo del brazo a Víctor le dije que tomáramos la última en su apartamento. De camino a él, le mandé un mensaje a papa diciendo que iba a tomar la última copa a casa de Víctor y que no se preocupara.
Papa me deseo suerte, ya me lo imaginaba riéndose a mandíbula partida. Al llegar, su apartamento era pequeño, pero muy acogedor. Lo tenía impoluto, ya podía aprender papa llegué a pensar. Víctor me sirvió la copa y puso música lenta para que bailáramos, poco a poco nos fuimos acercando hasta que nuestros labios se juntaron en un apasionado beso.
Para cuando me di cuenta me encontraba sentada sobre él encima del sofá y con las bragas por el tobillo. Hasta ahora había follado con bastantes hombres, pero no se podía comparar cuando lo haces con uno por el que sientes amor. Cuanto me costaba decir esa palabra, normalmente a los demás los hacía que me follaran a cuatro, o yo apoyada contra la pared. Intentaba tener el mínimo contacto con ellos.
Con Víctor la cosa fue muy diferente, quería el máximo contacto entre nuestros cuerpos, terminamos en el suelo, yo tumbada boca arriba. Mientras Víctor me hacía el amor con todo el cariño del mundo mientras nuestras manos se entrelazaban y nuestros labios se besaban. Nos llegó el orgasmo a los ...