1. Cógetela bien...


    Fecha: 17/05/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuerpo de mi mujer con entera libertad, mientras continuaba acariciándola con sus manos hasta donde la posición que mantenían se lo permitía. Ella resistía con agrado las embestidas del macho y con mucho placer se sometía a lo que él le proponía. Luego, repentinamente, se levantó, pidiéndole a mi mujer que se colocara de espaldas a él, en posición de perrito. Ella acató sus instrucciones y, colocada en esa posición, ella penetró desde atrás.
    
    Y así la tuvo, viendo como ella contorsionaba su cuerpo y gemía de placer al ritmo de sus embestidas. La hembra, su directora, estaba loca de emoción con las maniobras que estaba poniendo en práctica para, insistentemente, seguir taladrándola sin parar. Ella movía su cuerpo, adelante y atrás, ampliando la intensidad de las emociones que el movimiento del cuerpo de su macho, y ensartada como estaba, le producía.
    
    De un momento a otro mi esposa no solo gimió, sino que prácticamente gritó de placer. Carlos aceleró sus embestidas y, siguiéndola a ella, de repente sacó su pene para expulsar su semen, esparciéndolo en gran cantidad sobre la espalda de mi congestionada y atribulada esposa, que, aun presa de las sensaciones experimentadas, seguía agitándose de manera incontrolable. La cosa, sin embargo, pronto volvió a la calma. Y ella permaneció tendida, rendida, sobre la cama, recuperándose de la faena.
    
    Carlos, mirando hacia donde yo estaba, comentó: Fantasía cumplida. Fue mucho mejor de lo que esperaba. Su sexo, mojadito como estaba, ...
    ... me producía una sensación muy agradable y, para colmo, su vagina se contraía y apretaba mi pene con mucha fuerza. Yo sentía cómo ella quería retener mi pene dentro de ella. ¡Qué sensación tan agradable! Ella lo disfruta. Se nota. Y hace el amor con mucha pasión. ¡Muy chévere!
    
    Y mientras ella aparentemente se recuperaba, Carlos siguió conversando conmigo. Permanecía al lado de mi esposa y, con sus manos, seguía acariciando todo su cuerpo. No sé si nuestra relación siga como antes, continuó diciendo, porque después de esto, me resulta difícil no contemplar la posibilidad de que esto se vuelva a repetir. A mi me gustaría. ¿Qué piensa usted? Preguntó. Realmente no lo sé. La vi a ella tan contenta y satisfecha, que no encontraría razón para negar que esto pudiera volverse a dar. Depende de ustedes. Y si usted la hacer feliz, mientras la coja bien, ¿por qué no?
    
    Ella, que seguro estaba escuchando nuestra conversación, pareció despertar, y, agradecida, volvió a tomar el pene de Carlos en su boca y empezó a chuparlo con dedicación. Entonces, Carlos, volvió a tomar nuevos bríos y a entusiasmarse. Su pene creció dentro de la boca de mi mujer, que también pareció excitarse y estar dispuesta para volver a entrar en acción su hombre. El así lo entendió y, sin mediar palabra, volvió a montarla para penetrarla nuevamente.
    
    Le pidió a ella que se colocara de costado y él, desde atrás, la siguió penetrando. En esa posición, ella quedó enfrentada a mí y nuestras miradas se cruzaron. La ...
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