1. Tratando de buscar una salida (cap. 1): William


    Fecha: 18/05/2024, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    ... lo seguí hasta el puente de Nodarse, él se paró como a mirar el río crecido aunque en realidad no se veía nada solo el sonido del agua correr. Yo me acerqué y puse mi mano en la baranda del puente, él se acercó y pegando su pinga a mi mano, yo la palpé tratando de conocer si era cierto lo que se marcaba siempre.
    
    —¡Vamos hasta la línea!, me invitó mientras había comenzado a caminar hacía la línea de ferrocarril por el muro del río.
    
    —Me da miedo ir por ahí, el río está muy crecido.
    
    Para tan mala suerte vino la luz en ese momento.
    
    —¡Ve por la calle!
    
    —Los vecinos me conocen, ¿qué dirán?
    
    —¡Bah, no te preocupes que ya todos lo comentan!
    
    Aquel encuentro no terminó en nada, me fui y lo dejé allí. Pasó mucho tiempo, incluso tuve mi primera experiencia con una mujer, casi aquel medio matrimonio me apartó de William, pero me engañaba porque aquella relación lo que me dio fue la confianza de poder entregarme a él. Mi relación de heterosexual fracasó desde sus inicios, primero que al ir a la cama no conseguía penetrar a mi mujer, todo iba bien hasta el momento más importante. La situación se complicó algo cuando mi amante se lo confesó a mi madre que para ayudarme me llevó a una psiquiatra que al menos me dio confianza sin que se supiera que en realidad me gustaban los hombres. Cuando puede hacer el amor con mi mujer, se despertó en mí una fiebre loca de hacer el sexo, de singar día y noche, tenía un deseo incontrolable. Llegué incluso a cogerle el culo a mi mujer y ...
    ... aquello empezó a complicarse, porque desde aquel momento me la singaba pero sólo eyaculaba cuando le cogía el culo. Claro que no todo fue felicidad y aquella unión llegó a su fin tal y como había empezado. Ahora sé que aquella aventura heterosexual había despejado el camino para poder estar con un hombre sin miedos y pánicos. Ya no estaba ese cartelito sobre mi cabeza de “pájaro”, de “maricón”, ya había tenido mujer y todos sabían que me gustaba el chocho, pero se habían equivocado, aquello fue pantalla, un escudo tras el cual me escondía. Ahora tenía que aparecer la oportunidad de poder estar con alguien igual que yo y un buen día apareció, iba yo por la acera y él venía de frente, nos saludamos y como la calle estaba bien vacía, pues me quedé sin huir.
    
    —¿Quieres entrar aquí?
    
    Me invitaba a la casa de un amigo donde él vivía o siempre estaba. No me lo pensé y lo seguí, entramos, el amigo que me conocía porque había trabajado con mi padre, se quedó algo sorprendido. Pasamos al dormitorio y nos besamos, el primer beso que le daba a un hombre. Me sentía bien en sus brazos, como me abrazaba y sentir su pinga dura por encima del pantalón. Se la acaricié, él conocía bien mi debilidad.
    
    —Es tuya, ¿qué esperas?
    
    Me dijo tentándome a abrir la portañuela. Lo hice y saqué con cierto temblor su pinga grande, era enorme, tal y como me la imaginaba. Pero no tanto, me dio cierto miedo porque me podía desgarrar todo, el color del glande era igual al de sus labios, morado. Me quedé ...
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