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Tratando de buscar una salida (cap. 1): William
Fecha: 18/05/2024, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos
... mi cuerpo, sostenían mis nalgas, mi cara o tocaba mi culo lleno de su pinga, el muy cabrón sabía el placer que eso provocaba. Me miraba fijamente mientras sus dedos tocaban mi culo y su pinga, se mordía el labio de gusto, su lengua provocaba y me llenaba de besos. Finalmente apuró para venirse, lo hizo suavemente. —¡Ya ves, ya tienes mi leche dentro, ya eres míos, ya te he preñado! Nos besamos con pasión, yo con alegría. Después me fui al baño, para limpiarme, aunque estaba bien limpio. Me dijo que teníamos que vestirnos que su amigo se tenía que ir. Yo sentado en la cama y viendo su pinga que de verdad era grande, tendiendo mi mano la acaricié. —¿Quieres más? Sonreí con aprobación, pero teníamos que irnos y por lo tanto esa segunda solo tendría que ser en otra ocasión. Salí, me fui a la casa y directo al baño, mi calzoncillo tenía la mancha de su semen, y sobre todo el olor de su semen. Recuerdo que miré sorprendido la taza del inodoro aquel liquido blanco. Lo reconozco, aquella noche no dormí, estuve medio enfermo, al día siguiente tenía fiebre. Pero estaba contento, había perdido mi virginidad y de una manera agradable. Había empezado así esa doble vida, una a ojos de todos y otra oculta, me había convencido que nadie sabía lo que había hecho, nadie. Eso me animaba, simplemente aquello que pasó no se reflejaba en mi físicamente, supongo que anímicamente sí. De mi segundo hombre, fue un médico de Santiago de las Vegas, Roberto se llamaba, nos conocimos en ...
... la terminal de guaguas de Santiago de las Vegas. Nada, cosas de esas, nos miramos y todo estaba claro. Me gustó su bigote grande, delgado y que parecía muy interesado en mí. Hablamos algo y rápido me invitó a su casa. Yo no tenía nada que perder al no ser el transporte. Vivía en una cuartería cerca de la iglesia, por suerte que al ser ya muy tarde, había poca gente en aquel pasillo. Me gustaba su tipo de machote, y sobre todo su bigote. Tenía una sola pieza donde estaba todo desde la cama, la mesa y la cocina y al lado estaba construyendo una ducha, la pared del fondo lo ocupaba una estantería repleta de libros. Recuerdo que me acerqué a mirar, él se me pegó a mi espalda, haciéndome sentir su abultado paquete. —Vaya, eres la primera persona que invito y se interesa por los libros. —Tienes buenos, ya veo. —¿Y no te interesa otras cosas? Me susurró al oído mientras me abrazaba. A partir de ese momento todo fue un torbellino de besos y caricias, hasta que finalmente quedamos desnudos en la cama. Era mi segunda experiencia que dio su resultado muy rápido porque con solo haberme penetrado yo eyaculé sin tocarme siquiera. —Disculpa, le dije abochornado. —No pasa nada, eso significa que te gusta. Me dijo mirándome a los ojos, sin soltar mis piernas ni salirse de mí. Me besó, me besó varias veces y empezó a moverse suave. Vio en mi cara que me molestaba algo. —No te preocupes, lo haré suave para que no te duela. ¿No me vas a dejar así? Además, nene, ya la tienes ...