1. El calvario de Luciana (12)


    Fecha: 20/10/2018, Categorías: Gays Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... iba ganándola.
    
    -Avíseme cuando esté ante la puerta.
    
    -Sí, señora Elba. –respondió y se puso en marcha con paso lento y la vista clavada en el suelo, con el corazón latiéndole cada vez más fuerte.
    
    -Aquí estoy, señora Elba. –dijo al llegar a la puerta.
    
    Pero no fue el ama de llaves sino Emilia quien le ordenó:
    
    -Bien, puta, en cuatro patas con el celular entre los dientes.
    
    -Sí… sí, mi señora, sí… -dijo sintiendo una emoción profunda y oscura al oír la voz de su dueña.
    
    Se puso en cuatro patas, sujetando el celular entre sus dientes y esperó un tiempo que su ansiedad hizo casi eterno, hasta que por fin escuchó el sonido de la pesada puerta de madera al abrirse.
    
    Sin enderezar la cabeza advirtió que era Elba quien estaba ante ella, por sus zapatos abotinados y esa pollera por debajo de las rodillas que adivinó parte integrante de uno de esos trajes que eran el vestuario habitual del ama de llaves.
    
    Vio venir la mano que le quitó el celular de entre los dientes y de inmediato la orden:
    
    -Sígame en cuatro patas, perra.
    
    A poco de andar Graciela comenzó a sentir dolor en las rodillas y una inquietud creciente mezclada con excitación, una excitación morbosa, oscura e inquietante. Pronto advirtió que el ama de llaves la estaba llevando hacia el sector de las celdas y la llamada sala de juegos. Cuando llegaron al pasillo donde se alineaban las celdas debió detenerse ante la que ya había ocupado y vio cómo Elba abría la puerta de barrotes.
    
    -Entre. –fue la ...
    ... orden que Graciela obedeció para permanecer después en cuatro patas junto al camastro, hasta que el ama de llaves le ordenó ponerse de pie.
    
    Recordó la posición que le había sido enseñada y entonces puso las manos en la nuca, agachó la cabeza y juntó las piernas.
    
    -Tiene buena memoria, yegua. Muy bien, ahora desnúdese.
    
    Graciela estaba cada vez más excitada y a la vez temerosa ante el camino sin retorno que había empezado a transitar aceptando vivir la vida que su Ama decidiera para ella. Se quitó los zapatos de taco alto, la falda corta, el saquito de hilo, la blusa, y finalmente la ropa interior negra; corpiño de media copa y la tanga y volvió a adoptar la posición aprendida.
    
    Elba se pasó la lengua por los labios una y otra vez mientras la envolvía en una mirada viscosa y ardiente, conteniendo a duras penas el deseo de echársele encima y cogerla. “Ya habrá tiempo de darle a fondo.” –se dijo y sin más salió de la celda cerrando la puerta con doble vuelta de llave.
    
    Poco después era recibida por Emilia en el saloncito.
    
    -Ya está en la celda, señora.
    
    -¿En cueros?
    
    -Como el animal que es.
    
    -¿Cómo la viste?
    
    -Con miedo pero excitada.
    
    Emilia torció sus labios en una sonrisa malévola.
    
    -Muy bien, tenela en ayunas y en aislamiento y mañana a la noche a las diez me la llevás a mi cuarto.
    
    -Muy bien, señora. ¿Necesita algo más?
    
    -No, podés retirarte.
    
    …………..
    
    Transcurrían las horas y Graciela iba inquietándose cada vez más. Esperaba ser llevada ante ...
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