1. El calvario de Luciana (12)


    Fecha: 20/10/2018, Categorías: Gays Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaba en cuatro patas y con la boca abierta, mirando la pija semierecta del viejo. Un segundo después la estaba chupando y su sensación fue de intenso placer cuando la sintió ponerse bien dura. Se puso entonces a lamer y a chupar con entusiasmo, cada vez más más excitada y más aún cuando Eloísa, que se había tendido de espaldas entre sus piernas, empezó a trabajarle la vagina con la lengua y los labios. El juez temblaba arrodillado ante la pichona que chupaba y lamía con los ojos cerrados. La vieja chupaba la conchita y a la vez estimulaba el clítoris con dedos sabios y Luciana se estremecía presa de una calentura cada vez más intensa. Por fin la cachorra alcanzó un fuerte y larguísimo orgasmo con una abundante eyaculación que Eloísa bebió hasta la última gota mientras oía el rugido animal que su marido profería al acabar. La jovencita terminó de beber el semen y cayó de costado respirando agitadísima con el juez derrumbado y jadeante arriba de ella. Poco después los tres dormían otra vez y ya no despertarían hasta bien entrada la mañana, cuando Luisa, siguiendo las reglas de la mansión, llamara a la puerta.
    
    ……………
    
    Al mediodía ya el matrimonio se había ido, luego de compartir un café con Emilia en el saloncito y abundar en elogios de Luciana, “una puta ...
    ... perfecta”, como la definió el juez.
    
    Al quedar sola la proxeneta llamó a Elba.
    
    -Contame sobre la yegua. –pidió.
    
    -Está hecha un trapo, señora. Tirada en el camastro y supongo que agotada por la sed y el hambre, Luisa la escuchó gruñir bajo la mordaza un par de veces de madrugada. Tiene las pinzas en los pezones y el culo y los muslos marcados por la paliza que le di antes de encerrarla. Hace un rato fui a verla. Está demacrada, ojerosa y cuando me vio intentó incorporarse y me miraba con los ojos muy abiertos, desesperada.
    
    -Y vos disfrutando seguramente.
    
    Elba rió entre dientes:
    
    -Y, sí, señora, me conoce muy bien.
    
    -Claro que te conozco. Sos muy sádica pero si no lo fueras no me servirías. Y decime, ¿hubo llamados a su celular?
    
    -Varios de ese Rolando, el empleado de la inmobiliaria, y dos de su hija. El tipo le dice que apareció por el local la madre de Luciana, muy angustiada. Parece que estuvo en la comisaría y allí le dijeron que siguen buscando a la hija pero que no tienen novedades.
    
    -Jejeje… Bueno, ahora andá y ya sabés, la yegua sigue con el ayuno y esta noche a las diez me la llevás a mi dormitorio.
    
    -Así será, señora. –dijo el Ama de llaves y se retiró dispuesta a seguir gozando del placer que le daba maltratar a Graciela.
    
    (continuará) 
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