El bautizo campestre: La primera noche
Fecha: 21/05/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: vule69, Fuente: CuentoRelatos
... devolvió la sonrisa. Sus mejillas volvían a encenderse. Cerró los ojos, entregándose al placer. Retiré lentamente el cobertor, dejando totalmente expuesto el desnudo y bello cuerpo de Andrea.
Cada uno tenía una teta en una mano y en la otra, Enrique acaparaba su vagina y Mario se afanaba en el clítoris. Poco tardó mi noviecita en tener un nuevo clímax.
Yo: desvíntase... Yo la entretengo mientras tanto. –Dirigiéndome a Andre y más que ayudándola, dirigiéndola- Oiga cosita... Venga... Dese vuelta. Eso, así. Eres una diosa, Andreita, bella. –Jugando con la punta de la corneta en la entrada del coño- cómo quiere que la tratemos... Como a una...
Andrea: puta... Quiero sentirme como una puta... Pero con cariño.
Terminó la frase con mi corneta enchufada hasta el fondo... Comencé a follarle el coño con fervor... En eso estaba cuando, primero Enrique y luego Mario le ofrecieron sus miembros semi erectos para que, con la boca, los pusiera a punto. En cuanto los vio comenzó a devorárselos con ansia.
Enrique fue el primero. Cuando estuvo a punto me salí y con una reverencia lo invité a ocupar mi lugar. Se la incrustó de una sola estocada hasta el fondo para seguir con el mismo ritmo que llevábamos. Andrea estaba loca de placer… sus pezones eras dos cañones a punto de explotar.
Me senté en la cama de Mario. No necesitaba tocarme la verga para mantenerla a punto. Andrea, en 4 patas, se comía por la boca la corneta de Mario y por el coño la de Enrique y por los gemidos, ...
... era obvio que lo disfrutaba.
No duraron mucho. Nuevamente Enrique fue el primero, segundos después lo hacía Mario. Ninguno sacó su verga para acabar, dejándole ambos agujeros inundados con sus abundantes fluidos.
Los chicos se recostaron cada uno en una cama. Andrea, en tanto, aún en la misma posición movía el culo como perra en celo... Había quedado a medias y quería más y para demostrarlo apoyó su torso, ofreciendo aún más su anhelante coño... Ambos orificios le palpitaban.
Una vez detrás de ella, desde el chorito hasta la entrada del culo, con la polla dura como fierro, jugaba de arriba hacia abajo, lentamente. Sus quejidos aumentaban en intensidad cuando dejaba por un segundo demás la punta en su ano.
Entonces, le tomé la mano, llevándosela hasta su clítoris. Solita comenzó a tocárselo. Hecho eso, ubiqué la punta de la corneta en su ano lleno de sus jugos y el semen de mi amigo y, suave, gentil, pero constantemente presioné hasta tener todo el glande dentro. En tanto, Andrea frotaba su clítoris con parsimonia.
Yo: te gusta, putita... -al tiempo que comenzaba un muy suave mete y saca.
Andrea: duele, pero es rico... Ay... Despacito. Ahhh... Eso. Ayyy... Bruto...
Yo: -ya estaba hasta la mitad cuando de pronto, de un solo empujón se la metí hasta el fondo, dejándola ahí-. Te la saco???
Andrea: ay... No... Déjala ahí, tranquilita. Dale ahora. Despacito. Eso... Ahhh. Que rico...
Menos de un minuto después le follaba el culo como un poseso, por primera ...