Con la sorpresa dentro
Fecha: 30/05/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos
... decir, posiblemente Estela le confió las intenciones de mi esposa por embarazarse y, quizás, le pidió su ayuda para eso. Tiene sentido, era buen punto de partida para que la sonsacadora de Estelita cumpliera su fantasía de ser cogida por el negro, el que mi esposa necesitara que la embarazaran le serviría de pretexto.
En seguida Antoine y Estela regresaron con bebidas alcohólicas y ella creé que ya traían su plan: Ayudarse con esos tragos para desinhibirla; pues bien sabía que mi mujer no cedería del todo estando en sus cinco sentidos.
Maly, no acostumbrada a beber tanto como su amiga, no tardó en subírsele y en poco ya estaba riendo de cualquier tontería (así es ella cuando se embriaga), mientras que Estela y Antoine cruzaban miradas cómplices. Mi esposa lo notaba pero ya para ese punto estaba tan animada por el alcohol que dejó que pasaran las cosas.
Entre guasa y guasa Estela propuso a Antoine jugar a las cartas poniendo como pago la ropa que les vestía. Por supuesto esto con mira a crear una situación más íntima y cachonda de aquel trío.
Borracha como estaba, Maly no tardó en perder sus prendas rápidamente, aunque los otros dos no se quedaron atrás, pues, dejándose ganar también quedaron en ropa interior fácilmente.
Estela exhibía su excitación por ver por fin el cuerpo desnudo de Antoine. Aquél la tenía bien prendida al lucir su bien marcada musculatura. El atlético hombre ya sólo vestía trusa cuando Estelita le ganó con gran satisfacción la última de ...
... sus prendas.
Sabiendo lo que vendría, con gran entusiasmo compartió su sentir con mi esposa.
“¡Ay, por Dios!, prepárate Maly, vas a ver lo que nunca has visto.”
“Ay, ¿a poco?”, le respondió mi mujer ingenuamente.
Y el negro se bajó el calzón.
Mi mujer dijo que aquello la espantó. Cuando mencionó esto imaginé cómo pudo haberse visto su rostro, de seguro hasta debió gritar del horror.
“¡Es tremenda!”, bramó mi esposa.
La figura del alto y musculoso macho estaba ahí mismo, ante ella, pero el foco de su atención se centraba en lo que le colgaba entre sus macizos muslos, un morzolote que parecía gruesa morcilla rematada por una hinchada cabeza y por debajo, en la base, dos testículos grandes y colgantes.
Esto derechamente le impactó a mi esposa, y eso a pesar de que el mencionado falo no estaba erecto, pues, según me contó, sólo colgaba arqueándose apuntando hacia el piso.
Tal fue el susto que Maly trató de huir de allí inmediatamente, sin embargo su amiga la tomó de la muñeca y así la detuvo.
Con palabras la trató de tranquilizar
“Ven... cálmate... mira que...”
En fin, el caso es que, mientras le decía cualquier pendejada, prácticamente la llevó de la mano hasta acercarla a Antoine quien, inmóvil y desnudo, la aguardaba.
La desgraciada de Estelita llevó de la mano a mi esposa hasta que ella sostuvo la vergota de Antoine quien la lucía descaradamente. De esta manera Maly tocó por vez primera una cosa así.
Según dijo, se afianzó de ella ...