Mis odiosas hijastras (12)
Fecha: 07/06/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... contaba a nadie que había pasado algo entre nosotros. Esa chica parecía ser simplemente una belleza vulgar y despreocupada, pero tenía muchos secretos en su cabeza. La verdad es que saber que la única razón por la que se quería acostar conmigo era para molestar a su mami no me afectaba en lo más mínimo. Lo importante era que la posibilidad existía.
—Así que yo no quería que te hagan caer —Siguió diciendo Sami—. Porque me parecía injusto todo lo que te estaba haciendo mamá, y ahora ellas... Y yo sabía que cualquier hombre actuaría así si se lo provocaba. No era justo. Y yo sabía que no eras como el otro. ¿Por qué no te dejaban de provocar y listo? Así que se me ocurrió una idea, para que vos no te sintieras con ganas de hacer algo con Valu o con Agos, al menos esa noche.
—¿Qué cosa se te ocurrió? —pregunté, sin poder evitar que un húmedo recuerdo atravesara mi cabeza como un rayo, en ese mismo instante.
—Creo que al final soy como ellas —dijo, compungida—. No, soy peor. Soy como el tipo que salía con mamá y abusó de mí.
—Qué decís Sami. ¿Cómo se te ocurre pensar que sos igual que ese degenerado?
—Es que hice lo mismo que él —respondió.
—¡Qué! —dije, exaltado.
—Sí. Hice lo mismo. Anoche. Mientras vos dormías…
No sabía qué decir. Así que había sido ella después de todo. Increíblemente, mi capacidad de asombro no había desaparecido aún, porque la noticia realmente me impresionó. Y lo había hecho para que yo no hiciera ninguna estupidez con alguna de sus ...
... hermanas. Qué locura. La agarré de la mano, con ternura. Era cierto que técnicamente había abusado de mí, pero me resultaba imposible verlo de esa manera. Era apenas una chica de dieciocho años, confundida, con la influencia enfermiza de Mariel, todo el tiempo martillando en su cabeza.
—Sami. En primer lugar, yo sé perfectamente que no sos una mala persona —dije, mirándola a los ojos—. En segundo lugar, estoy más bien preocupado por cómo te sentiste al hacerlo.
—Entonces ¿No estás enojado? —preguntó, visiblemente sorprendida.
—Nunca podría enojarme con vos —respondí, con absoluta sinceridad.
—Fue la primera vez que lo hice. Fue extraño. Pero se sintió bien, creo… Pero después me sentí mal.
—¿Por qué?
—Porque no lo hice bien. Te la… te la mordí sin querer —explicó.
No pude evitar soltar una risita.
—Es lo más normal del mundo, si fue la primera vez. Pero lo importante es que entiendas que esas cosas se hacen solo por placer. No para ayudar a un padrastro en apuros.
Sami soltó una risita, divertida, que me contagió al instante.
La miré de arriba abajo. Estaba vestida con un buzo frisado que parecía ser un talle más grande que el correspondiente, y un pantalón de jean. El pelo rubio estaba suelto, y sus ojos azules brillaban en la semipenumbra. Trataba de mostrarme impasible, pero no terminaba de caer con tanta información nueva. Sami había sido la asaltante nocturna, esa que me había hecho un pete mientras yo estaba durmiendo, para luego escapar en ...