1. Tuve que dejarme coger para salvar mi matrimonio


    Fecha: 18/06/2024, Categorías: Gays Autor: soyAriel, Fuente: CuentoRelatos

    ... contigo.
    
    - No cabrón, no, porque con el anestésico me podrías lastimar y no sentirlo, no me garantiza que cumplirás tu palabra y no me harás daño- le contesté, ¿no tienes otra?
    
    - Ja, ja, si tengo otra, sin xilocaína, y me alegro que la pidas, quiero que sientas como te va abriendo mi verga.
    
    Sacó otro botecito y lo abrió, puso una cantidad generosa en sus dedos y aplicó en forma abundante en mi agujero, metió uno de sus gruesos dedos lleno de lubricante hasta el fondo haciéndome dar un respingo, por la sorpresa, pero pensando que fue de dolor me dice:
    
    - No mariconees, apenas es un dedo, deja untarte bien para que resbale bien mi verga y no te duela.
    
    Mi culito se contraía y relajaba alrededor de su dedo y expresó.
    
    - Tienes el culito muy apretado, cabrón, hasta pareces virgencita.
    
    Después de meter y sacar su dedo unos minutos, se unió un segundo dedo, con dos dedos las sensaciones eran más intensas y cuando alcanzó mi próstata me sacó un gemido de placer, me retorcí y alcancé a ver en el espejo del buró que sonreía burlonamente, una mueca pervertida se dibujó en su cara, con ambos dedos masajeó mi próstata al tiempo que abría y cerraba sus dedos en forma de tijera, mis gemidos se volvieron interminables.
    
    - Vaya que te gusta, pinche putita, pero ya estás lista para recibir mi verga, te dije que era experto en abrir culitos.
    
    Sacó sus dedos y me dio una nalgada al tiempo que empujó mi espalda hacia abajo y me hizo abrir más las piernas para tener mi ...
    ... trasero en posición:
    
    - Para bien el culo putita y abre bien las piernas, te quiero bien abiertita.
    
    - Despacito por favor- le recordé.
    
    - Si, será muy despacito, no te preocupes, confía y relajate para que no te duela.
    
    Aplicó una cantidad abundante de lubricante en la cabeza y el tronco de su verga y posicionó su verga en la entrada de mi orificio, y presionó con suavidad, y luego su verga recorrió mi raja, repitió la operación varias veces, sólo presionaba un poco y recorría el surco entre mis nalgas, en cada empujoncito sentía como mis labios anales acariciaban la punta de su tibia y tersa cabeza, era riquísimo ese suave contacto, realmente mi culo no requería tanta preparación, pero me dejé llevar, recordé mi desvirgación, realmente sabía cómo desvirgar un culo, mi colita se abría cada vez un poco más invitando al intruso a continuar, hasta que tomándome de la cintura empujó un poco más y mi esfínter se abrió para amoldar toda la cabeza en mi interior.
    
    - ¿Te duele?- preguntó.
    
    No, no me duele le respondí.
    
    - Ya ves, nena, te dije que era un experto, ahí va un poquito más.
    
    Me la fue metiendo poco a poco en un lento vaivén, la sacaba un milímetro y metía dos, sentía como su grueso y caliente trozo de carne me iba abriendo poco a poco, estirando mis pliegues internos y conquistando mi culo en una forma deliciosa, pronto tuve la mitad del tronco en mis entrañas y empezó un vaivén un poco más largo, sacando su verga hasta dejar solo la cabeza dentro y regresar ...
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