Mi esposa rompe las reglas (V)
Fecha: 21/06/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: rickmaster16, Fuente: CuentoRelatos
... levantó y me invitó a seguirla. “Este es tu cuarto, escoge cualquier cosa del closet para ponerte, tienes que bajar bien arreglada y presentable en dos horas, mientras tanto quédate aquí” Me dijo amablemente.
Me tomé unos minutos para descansar antes de empezar a arreglarme. Encontré vestidos muy elegantes en el closet, no todos me quedaban pero había un par que encajaban perfectos, aún así no me convecían y decidí quedarme con mi vestidito negro, me maquillé, me prefumé haste el coño, me peiné y esperé para salir a la hora acordada.
Salí del cuarto, tomé la escalera para bajar al primer piso y desde arriba pude divisar a tres mujeres, una de ellas la mujer que besó Leandro, sentadas alrededor de una cama redonda justo en medio de la sala. No me intimidaron, este culo valía mucho, bajé como si fuera la puta reina de Inglaterra. “Por favor querida, siéntate ahí” dijo la mujer de Leandro apuntando a la cama.
¿Cómo te llamas? - Me preguntó.
Laura - le dije.
¿A qué te dedicas?
Trabajo en un banco
¿Tienes una relación?
Sí, estoy casada
¿Tu esposo sabe que estás aquí?
mmmm sabe que estoy ocupada en algo, no sabe en qué exactamente
¿Estás mintiendo para estar aquí?
No, mi esposo y yo tenemos un pacto, cada quien puede follar con quien quiera
Wow… ¿Está él follando con alguien mientras estás aquí?
… no sé… tal vez
Cuéntame más mi amor
De Pronto está follando con una amiga mia, en mi cama
¿Te molesta eso?
¿Que carajo pasa ...
... aquí?¿Es un show de preguntas?
Tranquila mi amor, no es un show de preguntas pero tú eres la estrella hoy
Aparecieron tres hombres, entre ellos Leandro. Venían desnudos y empalmados. Los tres eran atléticos y bien parecidos. Amor, lo que te voy a contar ha sido el mejor polvo de mi vida.
Leandro, George y Tony se llamaban. Tenían la costumbre de escoger una puta de su agrado y llevarla a aquella casa para follarsela frente a sus esposas. Yo fui la elegida, que dicha.
George tomó mis piernas y las levantó, mi poco confiable vestidito negro dejó a la vista toda mi tanga. Él me la quitó de un tirón rompiéndola toda, se dejó caer entre mis piernas y su boca aterrizó sobre mi coño, me dio un mordisco delicioso, grité mi amor, era el preámbulo de algo épico. “¿Me pueden dar coca?” les dije, sabes como me gusta hacerlo así, tú fuiste que me dio a probar, ¿recuerdas?
Tony apareció a mi costado con polvo blanco sobre la cabeza de su falo. Tapé una de mis fosas nasales y con la otra desaparecí todo aquello, después me tragué esa verga para sentir el sabor amargo del químico, pensé en tí. Tony y Leandro me pusieron sus trozos en la cara y no tuve más remedio que agarrar cada uno y empezar a mamar mientras George seguía deborándome el coño.
La droga hacía efecto, la excitación subía. Pedí un trago. Una de las esposas, la más joven de ellas, una chica de cabello a los hombros y cuerpo latino voluptuoso se apresuró a traer una botella a mi boca y soltó un chorro que quemó mi ...