La cabaña (Día 2 - parte 2): Oportunidades de la vida
Fecha: 24/06/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: eedwon, Fuente: CuentoRelatos
Al momento en que Adriana se fue a su habitación, me quedé pensando en varias cosas, principalmente en ella, así como en Mari y Betsy, con quienes había más encuentros amorosos recientemente, aunado a la presencia de Itzel, con quien solo había cogido una sola vez. Fácil habían pasado dos horas cuando fui sacado de mis pensamientos al momento en que recibía un mensaje de Mari, en donde me avisaba que su hermana estaba a punto de irse. Yo no había tomado en cuenta ese detalle, el cómo Adriana se regresaría a casa, así que me dirigí a la cabaña donde se encontraba mi esposa con sus maletas.
- Anda, deja ayudarte con tu equipaje – tomando las dos maletas que llevaba consigo y dirigiéndome a nuestro auto, pero fui interrumpido por ella.
- Espera, no es necesario, pedí un taxi para que me lleve a casa
- ¿Para qué?, yo puedo llevarte
- No, gracias, me voy en taxi, ya no tarda en llegar
- Pues has lo que quieras – soltando al suelo las maletas para después regresar de nuevo a la playa
Toda mi “escenita” fue presenciada por Mari, Sergio e Itzel, quienes con cara de asombro no entendían la situación, sin embargo se ahorraron las preguntas en ese momento.
Minutos después escuché el motor de un vehículo, se trataba del taxi que se llevaría a mi esposa. Solo volteé para ver cómo ella ingresaba al taxi para después irse. En mi interior sentía enojo, pero era conmigo mismo, estaba liando mi estabilidad matrimonial por mis aventuras, aunque placenteras todas ellas, ...
... sabía bien que serían simplemente eso “aventuras”, porque no podría mantener una relación estable a menos que fuera a soportar todo el escarmiento y eso no sería nada fácil.
Decidí caminar en la orilla de la playa, quería despejar mi mente por unos instantes, así que pensé que eso me ayudaría, pero no contaba con la presencia de alguien, ya que de manera repentina fui asaltado por la figura de Itzel.
- Hey, señor – diciéndolo en un tono burlón – deje de caminar tan rápido que ya me cansé de seguirlo
- ¿Cómo? – estaba tan adentrado en mi mundo que no me había percatado que ya había recorrido algunos metros desde la cabaña – vaya, sí que caminé un buen tramo.
- La verdad es que si, por eso no me quedó de otra más que hablarle.
- Pero, ¿por qué me seguiste?, ¿necesitas algo?
- Siéndole sincera, sí. Lo necesito a usted
- ¿De qué hablas?, ¿es que acaso no presenciaste la escena de hace unos momentos?
- Si, lo vi, estaba en primera fila y es por eso que lo seguí, pensé que yo le sería de ayuda
- Por el momento no hay nadie quien me pueda ayudar, más que yo mismo
- No lo creo, yo puedo hacerle olvidar su mal rato
- Niña, no digas tonterías
- ¿Niña?, pero si ya soy mayor de edad con veintitantos años y se atreve a decirme niña
- No lo dije con esa intención, aun así no creo que puedas ayudarme
- No me diga eso, hará que me arrepienta de haberlo seguido hasta acá
- Pues para empezar yo no te pedí que me siguieras, además de que no estoy de ...